viernes, 9 de diciembre de 2016
Mari, La Divinidad Vasca De Las Tormentas
Gran parte de la mitología de Euskadi ha sufrido, tras la
cristianización de sus mitos, multitud de adaptaciones y cambios. Algunos mitos
anteriores a esta reforma, sobre todo los mas arraigados en la cultura vasca,
han llegado hasta nosotros y conservado los aspectos terrenales
(personificación de los fenómenos y adoración de la naturaleza) inherentes a
las culturas mas antiguas. Y ciertamente, la cultura vasca es tan antigua como
desconocidos sus orígenes.
La diosa Mari es conocida por multitud de nombres: Maya,
Loana-Gorri, Lezeko-Andre, Aralarko Damea y otros muchos (dependiendo de la
región donde escuchemos la historia) y vive en el interior de la tierra, en sus
cavidades y grutas, donde guarda enormes riquezas.
Se le atribuye la capacidad de cambiar de forma y elegir la
mas adecuada según la ocasión. Si algún incauto se topase con ella en su
guarida, lo mas probable es que la viera en su forma zoomórfica (a veces con
extremidades de animales o transformada por completo en uno) mientras que si
decide caminar bajo el sol la veremos como una bella y pálida dama. Para
desplazarse por los cielos y provocar grandes tempestades, adopta la forma de
un rojizo jirón de nube, y pobre de aquel que no la complazca con ofrendas…
Aunque no lo parezca, la tradición no la considera un ser
maligno. Los hombres buenos que acudían a ella en busca de consejo eran
escuchados y ayudados, pero se mostraba firme e implacable con los tramposos y
deshonestos, que eran castigados al instante. Ostenta el título de Reina de los
Genios, de las demás entidades sobrenaturales. También se le atribuyen dos
descendientes cuyo sexo depende, como otros factores, del lugar donde nos
cuenten la historia.
Su mas cercano compañero es Maju, que suele ser representado
como una serpiente de varias cabezas envuelta el llamas (y se alimenta de “todo
tipo” de carne). Se dice que en las ocasiones en que ambos se encuentran en el
cielo, se producen las tormentas mas aterradoras y violentas.
Tan arraigado está el mito, que en el Santuario de San
Miguel de Aralar aun se conserva una pequeña abertura a la derecha del altar, y
que dicen que llega hasta el interior de la caverna de Mari. La gente mete la
cabeza en su interior y reza el credo para aliviar el dolor y las molestias de
la testa.
El País Vasco es prolífico en leyendas y mitos relacionados
con la tierra y los elementos y no es extraño, ya que posee paisajes llenos de
magia y misterio. Merece la pena, si te apasionan las historias llenas de
misterio y significado, darte una escapada a Euskadi. (Entre nosotros, quizá te
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