Ryan Robers, uno de los agentes de la policía, entró en otra habitación, y había un joven de unos once años infectado por la niña, que se abalanzó sobre Ryan para morderle, por lo que también sería un descendiente del demonio. Pero este no se dejó y disparó al hambriento en la cabeza, y se deshizo de él.
Aunque no fue el único que corrió peligro, casi todos los agentes fueron mordidos, y se infectaron del diablo. Solo quedaban dos, que tenían que ver donde estaba el punto de partida, es decir, encontrar a la niña y acabar con el miedo que los rodeaban. Ryan y Jake Freeman, el otro policía sobreviviente, se unieron para encontrarla. Con una linterna, se adentraron en una sala donde había un pozo, y de este salió la niña, era horrible, casi sin pelo, podrida, maloliente, desnuda y sin brazo, pero lo peor, estaba hambrienta, muy hambrienta…
Quería morderles, pero apagaron la linterna y estaba oscuro, entonces no se veía. Pero de repente se encendieron las luces de la habitación, y la chica tenía un hacha, que se la clavó a Jake en el centro de la cabeza, por lo que estaba muerto y lo peor es que la hija del diablo se lo comió.
Ryan lo disparaba, pero no le afectaba para nada, y cuando apuntó a la cabeza, se quedó sin balas. Cogió la pistola de su compañero y esta vez, cuando ya la tenía encima, disparo en su frente y cayó al pozo. Misión cumplida, pero de nueve personas, sobrevive un policía. Ryan se fue de la casa creyendo que la había vencido, pero entonces, cuando abandonó la sala, la chica salió del pozo con hambre, esta vez con el doble de hambre, hambre de comida, y de venganza, lo deboro brutalmente, se dice que hasta ahora no han enviado a otra misión para terminar con este ente maligno ya que ningún hombre se atreve a adentrar en ese recinto…
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