¿Cuál es la causa?
Al igual que muchos fenómenos inexplicables, el “SLI” es muy difícil de que sea reconocido por la ciencia. Parece ocurrir espontáneamente sin ninguna intención deliberada incapaces de crear el fenómeno por sí solo. Una teoría para el extraño fenómeno podría tener relación directa con los impulsos electrónicos del cerebro. Según los expertos, todos nuestros pensamientos y movimientos son el resultado de los impulsos eléctricos que el cerebro genera. En la actualidad se sabe que estos impulsos sólo tienen un efecto en el cuerpo de un individuo, pero es posible que puedan tener un efecto fuera del cuerpo, una especie de control remoto.
Según una investigación de la Universidad de Princeton sugirió que el subconsciente puede de hecho afectar los dispositivos electrónicos. Ciertas personas son capaces de influir en el campo electromagnético de un equipo superando las estadísticas de la simple casualidad. Esta investigación u otras investigaciones que se realizan en laboratorios de todo el mundo están comenzando a revelar, en términos científicos, la realidad de los fenómenos paranormales como la percepción extrasensorial, telequinesis o el fenómeno de interferencia en el alumbrado público. Aunque el efecto “SLI” no es una concidencia, algunas personas han informado que en ciertas ocasiones se han encentrado en un estado emocional extremo. Un estado de ira o el estrés es a menudo citado como una posible “causa”. Las experiencias reportadas son varias, desde apagarse una farola a influir en una hilera de farolas siendo difícil discernir un patrón.
Los escépticos opinan
La explicación escéptica a este fenómeno es el fallo de las luces de la calle, conocido como “ciclo de vida”. Según los expertos, las bombillas de sodio o las bombillas de mercurio poseen sistemas de seguridad que regulan la temperatura que la luz puede alcanzar. El sistema de interrupción del suministro eléctrico hace que estas farolas se queden sin luz durante unos minutos, hasta que la temperatura baja y un nuevo impulso de tensión vuelve a encenderlas. Los escépticos argumentan que todo esto sumado a la sugestión del individuo son los causantes de este fenómeno. Pero según la investigadora Hilary Evans desmonta todas las teorías propuesta por los escépticos:
“Necesariamente no tienen que ser luces de la calle, ya que tenemos informes de personas que también han experimentado fenómenos parecidos en ordenadores, las máquinas registradoras de los supermercados, etc…Sin embargo, hay buenas razones para pensar que las luces de la calle son especialmente sensibles en comparación con otros tipos de equipos, esto podría ser debido a que operan cerca del nivel crítico o bien porque no estan equipadas con una protección sustancial”.
Las personas responden a este misterioso fenómeno con asombro, fascinación, incredulidad o incluso con alivio al saber que también les pasa a los demás así como a sí mismos. El fenómeno de interferencia en el alumbrado público puede aparecer de muchas formas diferentes siendo la reacción en las personas diferentes entre sí. Aunque los más escépticos vean con incredulidad este fenómeno los que hemos experimentado este fenómeno o tenemos una persona cercana conviviendo con el “SLI” sabemos que se trata de toda una realidad y no de una simple casualidad.
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