
jueves, 1 de enero de 2015
Pájaros del Estínfalo

A Hercules se le encomendó que acabase con la amenaza de dichas
aves, como parte de sus doce trabajos, ya que en ocasiones atacaban al ganado o
a la población. Hercules se dirigió al Estínfalo, y ahí se encontró desolado
pues la misión era especialmente difícil de completar: las aves eran demasiadas
para sus flechas y su legendaria fuerza no le servía de nada.
Entonces apareció Atenea y le socorrió dándole un cascabel
de bronce y le mandó a que lo tocara desde una colina elevada, al hacerlo las
aves asustadas emprendieron vuelo y nunca más se las volvió a ver en el bosque
y el lago.
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