domingo, 11 de enero de 2015
La Isla de Buyan, Lugar Mítico
La isla de Buyan es un lugar mítico
que aparece en los conjuros y los cuentos populares rusos, y que
algunos autores han identificado con el rai, el paraíso de los
primitivos eslavos.
Las coincidencias entre ambos
territorios son notables: los dos se encuentran al Este, entre las
olas del océano, desconocen la oscuridad, el invierno y la
infelicidad, y, sobre todo, tanto el uno como el otro constituyen el
refugio nocturno del Sol. Se trata de vergeles exuberantes a los que
regresan las aves y los insectos al terminar el otoño, lugares, por
tanto, edénicos y de renovación.
A través de los conjuros sabemos que
Buyan, además de ser el hogar del Sol, lo es de los vientos del
Norte, el Este y el Oeste, y de diversos animales maravillosos. Allí
moran, por ejemplo, la más vieja de las serpientes, el cuervo
profético, la madre de todas las abejas y un pájaro con pico de
hierro y garras de cobre, a la vez la más grande y anciana de todas
las aves.
Dos lugares emblemáticos hay en Buyan:
uno es un gran roble a cuya sombra se arrastra la serpiente Garafena
y se sienta, a veces, la divina doncella Zarya, señora del amanecer;
el otro, la brillante piedra Alatuir, bajo la cual fluyen ríos de
agua sanadora.
De esta misteriosa roca, de textura
ambarina, se dice que se mantiene siempre templada y jamás se
enfriará. Sobre su cima la doncella Zarya cose las heridas
sangrantes de quienes acuden a ella. En las versiones más
cristianizadas es la virgen María o el mismo Jesucristo, que predica
desde la piedra, a veces transferida a las orillas del río Jordán.
Tanto la doncella Zarya como la piedra
Alatuir son invocadas con frecuencia en los conjuros. En unas
ocasiones se apela a la firmeza de la piedra, en otras a la capacidad
de Zarya para detener las hemorragias. Dice el brujo: “En el mar,
en el océano, en la isla, en Buyan, sobre la blanca y ardiente
piedra Alatuir. En esa piedra Alatuir se sienta una hermosa doncella,
una maestra costurera. Sostiene una aguja de acero, la enhebra con un
hilo de seda, teñido de amarillo rojizo, y cose heridas sangrantes.
Que de la misma manera este sujeto no sufra cortes. Acero, mantente
lejos, y tú, sangre, deja de fluir”.
Toda la isla constituye, de hecho, un
espacio simbólico propicio para ser utilizado por la magia
tradicional de los conjuros. A Buyan se pueden enviar, por ejemplo,
los dolores de dientes, proclamando lo siguiente: “En el océano,
en la gran isla de Buyan crecen tres altos árboles, el primero es
Petrii, el segundo Khitrii, el tercero Cypress. Bajo él yace una
liebre. Tú, dolor de dientes, entra en la liebre”.
Y en Buyan se encuentran materializados
todos los miedos, los dolores, los sentimientos, los espíritus
inmateriales… Allí está la muerte de Koshchei el Esqueleto
Perpetuo, uno de los personajes típicos de los cuentos populares
rusos, encerrada en un huevo, dentro de un pato, metido este dentro
de una liebre, encerrada en un cofre, enterrado bajo un roble. Igual
que en otros cuentos el corazón, la pena o el amor de una joven
están contenidos dentro de una sucesión de objetos, anidados como
un juego de muñecas matrioshka.
Los protagonistas de los cuentos llegan
a Buyan, tras cruzar el océano, para obtener esos objetos simbólicos
y derrotar así a Koshchei u obtener el amor de la princesa. Por su
parte, los brujos (o los simples conocedores de los conjuros) actúan
sobre Buyan a través de la palabra, y, a través del reflejo
simbólico de la isla, en la realidad.
Un conjuro empleado por el brujo para
convertirse en lobo decía: “En la mar oceana, en la isla de Buyan,
en la llanura abierta, brilla la luna sobre la cepa de un álamo, en
el verde bosque, en el extenso valle. Al lado de la cepa pasa un
peludo lobo; entre sus dientes está todo el ganado astado; pero el
lobo en el bosque no entra; en el valle el lobo no merodea. ¡Luna!
¡Luna! ¡La de los cuernos dorados! Funde la bala, mella el
cuchillo, pudre el garrote, infunde miedo en el corazón del hombre,
la bestia y el reptil, para que no atrapen al lobo gris ni le
arranquen su cálida piel. Mi palabra es firme, más firme que el
sueño o la fuerza de los héroes”. Y en ese lobo al que apela el
brujo podemos ver el lobo en el que él se convertirá, o la parte de
su espíritu que ya es un lobo, la cual en Buyan tiene una existencia
física.
En Buyan están, por tanto, todos
nuestros pesares, pero también nuestras esperanzas, además de una
parte de nuestro espíritu. Podemos conjurarlos o liberarlas mediante
un acto consciente de la imaginación, gracias a la mediación mágica
de la palabra.
La Leyenda Del Hornero
Cuentan que en las tribus que habitaban
a orillas del río Paraguay, cuando los muchachos llegaban a cierta
edad debían pasar tres pruebas. La primera consistía en correr muy
rápido, mucho más que el viento veloz.
Para superar la segunda tenían que
nadar de un lado al otro del río. Por último debían cumplir con un
extraño ritual: quedarse acostados sin moverse, muy quietos, tan
quietos que no podían ni siquiera pestañear, durante un largo
tiempo. Todos los jóvenes de esa tribu se entrenaban con gran
dedicación para poder pasar esa prueba. Aprobarla, significaba pasar
a ser adultos.
Una vez existió un joven llamado Jahé
que sorprendió a todos con su destreza. Cuando le tocó realizar la
primera prueba, muy pronto dejó atrás a los demás competidores.
Cuando cruzó el río, mientras los otros luchaban para que la
corriente no los llevara, él juntaba piedritas de colores que
encontraba en el fondo. Cuando debió permanecer acostado, el se
mantuvo tan quieto, que por más que saltaban, y hacían bromas a su
alrededor, él permanecía inmóvil como una piedra.
Así Jahé, pasó ha ser un adulto. Lo
que nadie sabía era que mientras el joven corría, en las alas del
viento escuchó la voz de una mujer como el canto de un ave. Esa
misma voz fue la que lo alentó mientras cruzaba el río Paraguay y
la que le permitió concentrarse cuando debió permanecer quieto.
Como era costumbre en esa época, el
jefe de la tribu premió a Jahé concediéndole la mano de su hija.
Jahé no podía aceptar ese ofrecimiento, pues la melodía que
escuchó durante la prueba lo acompañaba día y noche. Jahé se
había enamorado. El jefe de la tribu comenzaba ha impacientarse por
la falta de decisión del joven. mitos
Una mañana el muchacho elevó sus
brazos al cielo pidiendo a su amada que lo ayudara a decidir.
Entonces volvió a escuchar su voz. Las manos de Jahé comenzaron a
moverse al compás de una suave música, hasta que tomaron el
movimiento de las alas de un pájaro. Los que observaban la escena
vieron con asombro cómo el cuerpo del joven comenzaba a
transformarse en un pájaro y se perdía volando en el aire. El ave
era de color pardo y desapareció en los bosque que bordean el
Paraguay. Buscó entre los árboles a su amada pero no la encontró.
Construyó una casita de barro para resguardarse de los rayos, los
vientos y las lluvias. Por fin una mañana la dulce cantora se posó
en su nido y desde entonces es su compañera.
El Pescador Urashima Tarō
La leyenda empieza con Urashima Tarō,
un pescador que ve a unos chicos que están golpeando a una tortuga.
Ayuda al animal y éste, herido, le da las gracias y un día después,
vuelve a verle.
La tortuga le dice que es en realidad
la hija del emperador del mar y le invita al Ryūgū-jō el palacio
donde vive el dragón dios del mar, dándole a Urashima Tarō el
poder de respirar en el agua.
El pescador y la tortuga nadan por el
mar y al llegar a palacio, ésta se convierte en una bella princesa.
Urashima Tarō se queda en el palacio durante tres días, pero
finalmente desea volver a su hogar para visitar a su moribunda madre.
La princesa le da una caja misteriosa, diciéndole que no debe
abrirla nunca. Confundido, Urashima Tarō nada sobre la tortuga,
saliendo del palacio.
Al llegar a su hogar todos habían
cambiado. Pregunta a todos si han oído hablar de la familia Urashima
o de Urashima Tarō.
Le dicen que Urashima Tarō ha muerto
hace ya 300 años. Entonces, el pescador se sienta bajo un árbol y
abre la caja. Al abrirla, Urashima se convierte en un anciano. De la
caja viene una voz: «Te dije que no debías abrir la caja nunca. En
ella moraba tu edad.
viernes, 9 de enero de 2015
El Mito Tolteca De Los Soles
En el principio era el caos, dice el
mito de los Soles. Esta confusión de la materia original informe se
deriva siempre, en el origen que del mundo ofrecen todas las
religiones, de una oposición entre fuerzas radicalmente contrarias.
Pueden ser la luz y la sombra o el bien y el mal. En este caso, lo
que choca y combate y al fin se compenetra íntimamente son dos
elementos divergentes en esencia. El agua y el fuego.
¿Habeis podido pensar alguna vez en
algo tan distinto? Como todos sabemos el agua apaga el fuego y este
devora y volatiza al agua. ¿Cómo puede llegarse a esta union
imposible? De inmediato pensamos en los misterios del Cristianismo.
Mas detengámonos un instante y lleguemos mas lejos, hasta lasmismas
teorias cientificas quenos hablan de las nebulosas primitivas y de la
condensación de la materia, de inmensas masas asduentes de las
cuales se desprendieron otras mas pequeñas que serian después los
planetas. ¿No están aquí fundidos en estrecho abrazo el agua u el
fuego?
El agua venció al fin, o mejor dicho,
se acostumbro a vivir en un mismo mundo en compañía del fuego: los
mares y el fuego que afirma su presencia por las bocas gigantes de
los volcanes demuestran hoy que no estaban muy equivocados los
toltecas al situar en el principio del mundo la lucha y la fusión de
los contrarios: el fuego y el agua, padres de la vida.
El primer Sol. Sobre el caos espantoso
que era el preludio de la vida en una Tierra aun no creada, velaban
los dioses. Contemplaron el combate entre el agua y el fuego y se
reunieron para deliberar:
-Es hora de aplacar ya la batalla y dar
nacimiento a la vida.
A su mandato el fuego enloqueció y las
aguas hirvientes se aquietaron, un oscuro silencio floto sobre los
mares y las tierras: el reino de la materia oscura habia nacido. Y el
primer sol que dominaba sobre este mundo en sombra fue el sol de
noche o sol de tierra, simbolizado por un tigre.
Los dioses se alegraron, aunque pronto
hubieron que convencerse de que su primer intento por crear la vida
había sido un fracaso: el tigre devoro a todos los seres que
poblaban la Tierra y esta siguió girando en el espacio oscuro con la
carga inerte de sus muertos.
El segundo Sol. Los dioses se reunieron
de nuevo y dijeron:
-Esta quietud y esta oscuridad no son
buenas. Es preciso que nazca un nuevo sol y que su espíritu corra
sobre un mundo lleno de pureza: así, los habitantes de la tierra
conservaran su vida.
Entonces, una boca gigante comenzó a
soplar sobre las llanuras y los mares, sobre los lagos y las
montañas: había nacido el segundo Sol, o Sol del Aire, es decir, el
espíritu puro cuyo símbolo era Echécatl, una de las
representaciones que Quetzalcóalt como dios del viento.
Pero los hombres hijos de esta segunda
Era fueron torpes, y los dioses, furiosos, los convirtieron en monos.
Grandes bandadas de estos animales corrían por todas partes y
saltaban entre las ramas de los árboles chillando como locos y
mostrando lo imperfecto de su condición puramente animal.
El tercer Sol. Otra vez los dioses se
reunieron en asamblea; uno de ellos dijo:
-No debemos permitir que lo creado por
nosotros siga viviendo tal como ahora, por que esta vida es
imperfecta. ¿Qué os parece que hagamos?
Tras de una larga deliberación, los
dioses decidieron destruir el segundo sol y las criaturas
correspondientes a su Era. Furiosos, dieron sus órdenes y los cielos
se estremecieron en toda su infinitud cuajada de estrellas.
Nació el tercer sol como una
gigantesca llamarada que ilumino los ámbitos celestes: era el sol
llamado de Lluvia de Fuego, y una tempestad de ardientes gotas cayó
sobre la Tierra, devorando las plantas y todos los seres vivos. Los
vegetales a causa de su inmovilidad, perecieron primero, y luego,
todos los animales, salvo las aves, cuyos cantos, plumajes y vuelos
era lo único realmente hermoso que animaba la vida terrestre.
El cuarto Sol. Y tras del Sol de Lluvia
de Fuego los dioses crearon en cuarto sol, el Sol de Lluvia de Agua.
Todos saben lo que la Biblia cuanta del
Diluvio Universal, pues bien la cosmologia de los antiguos pobladores
del valle de Anáhuac también incluyen su propia historia de este
diluvio, al igual que otras culturas alrededor del mundo, Es evidente
desde el punto de vista cientifico, que esta semejanza puede
significar que un terrible cataclismo tuvo lugar en epocas remotas y
que su recuerdo perduro en la memoria de los hombres cuando estos
tenian la capacidad necesaria para crear sus mitos.
El Sol de Lluvia de Agua aniquilo buena
parte de lo creado al anegar toda la Tierra, pero dio origen a los
peces que llenaron los mares, los rios y los lagos, con el inquieto
rebullir de su vida submarina. Y fue entonces cuando los dioses
creyeron que había llegado el momento de poner sobre la Tierra al
hombre mismo.
El quinto Sol. Reunidos los dioses,
decidieron que el quinto Sol, llamado Sol de Movimiento, seria el
padre del genero humano. Mas para alcanzar este privilegio sobre los
demás soles era preciso que surgiese dotado de una virtud no
conocida. Como alcanzar este reconocimiento? Tras mucho discutir, los
dioses llegaron a la conclusión de que solo mediante el sacrificios
de dos de ellos, el quinto Sol podria crear y alumbrar a los hombres
que poblasen la Tierra. El padre fray Bernardino de Sahagún, en su
Historia general de las cosas de Nueva España, cuenta el desarrollo
de los acontecimientos.
“Se juntaron los dioses… y dijeron
los unos a los otros: ¿Quién tendrá a cargo alumbrar al mundo?”…
A estas palabras respondió un dios que se llamaba Tecuciztécatl y
dijo: Yo me encargo de alumbrar al mundo. Luego otra vez hablaban los
dioses y dijeron: ¿Quién será el otro mas?... Uno de aquellos
dioses, al que nadie le hacia caso y era buboso, no hablaba, sino que
oía lo que los otros decían. Estos habláronle y dijéronle: -Sé
tu el que alumbras bubosito, y el… respondió: -En merced recibo lo
que me habéis mandado.
Los dos dioses hicieron penitencia
durante cuatro días y un gran fuego fue encendido. El primer dios
ofrecía, junto con su vida, objetos y cosas preciosas, incienso fino
y joyas esplendidas. El dios buboso, llamado Nanauatzin, solo podía
ofrecer como ofrenda, además de su vida, espinas de maguey
ensangrentadas con su propia sangre, porque era pobre.
A la media noche del quinto día, “se
pusieron delante del fuego” y los otros dioses dijeron: “¡Ea
pues, Tecuciztécatl, entra tu al fuego!”, pero el dios rico tuvo
miedo. Tres veces probó, pero en ninguna se atrevió a arrojarse al
fuego. Los dioses hablaron entonces a Nanauatzin, el dios pobre: “¡Ea
pues, Nanauatzin, prueba tu! Y como le hubieran hablado los dioses,
esforzóse y cerrando los ojos… echóse al fuego…” “Cuando
vio Tecuciztécatl que se había echado en el fuego y ardía,
arremetió y echóse en la hoguera.”
Así, mediante el sacrifico de dos
dioses, surgió el quinto sol y nacieron los hombres en la Tierra.
Pero el antiguo mito cuenta también
que el quinto Sol, habría de ser aniquilado alguna vez para que la
humanidad alcance la suma perfección. Una de las causas de la
derrota de los aztecas y la substitución radical de su cultura por
la europea, fue la creencia que los españoles eran los emisarios de
sus dioses encargados de cumplir sus mandatos. Por que la leyenda de
los Soles decía que el quinto Sol desaparecería arrasado por el
sexto Sol, el Sol de los Terremotos, cuyo triunfo se lograría
gracias a una sucesión de temblores espantosos: el sexto Sol
obtendría la purificación del hombre y la unión de su espíritu
con el espíritu de la divinidad.
El Mito de Arquímedes y La Corona de Oro
La leyenda cuenta que el Rey Hierón II
de Siracusa (aprox. 306-215 a. C.) había mandado a fabricar una
corona de oro, para la cual entregó un lingote a un orfebre. Cuando
el trabajo concluyó, le fue devuelta, y si bien pesaba exactamente
lo mismo que el lingote que había entregado, Hierón comenzó a
dudar de si el orfebre había sido deshonesto y había reemplazado
parte del oro por algún material más económico.
(siempre con énfasis en la palabra
leyenda)
Hierón encargó a Arquímedes (aprox.
287 – 212 a. C.), por ser un inventor, matemático, físico e
ingeniero de la época a que resolviera el problema. Claramente la
corona no podía ser cortada en trozos, fundida, ni nada parecido,
por lo que había que buscar otra manera. Arquímedes sabía que el
oro un metal extremadamente pesado (un litro de oro pesa 19,3 Kg), y
que cualquier otro metal que hubiese utilizado debería ser más
liviano (una misma medida de plata pesaría 10,49, y de plomo, 11,34
Kg). Esto significaba que si se hubiese utilizado otro material, la
corona debería tener un volumen mayor. En ese momento se sabía
calcular el volumen de un cuerpo geométrico, pero una corona es
totalmente irregular como para realizar un cálculo preciso, y
nuevamente, la posibilidad de fundir la corona dentro de un
recipiente regular, no existía (si el genio en cuestión quería
conservar su vida por lo menos).
Continuando con la leyenda, en una
ocasión, Arquímedes se fue a tomar un baño en una bañadera que
estaba llena hasta el borde. Comenzó a sumergirse de a poco, a la
vez que notaba cómo el agua se volcaba. Y en una explosión de
lucidez, notó que el volumen de agua que se volcaba tenía que ser
similar al volumen de su cuerpo que se iba sumergiendo. Debido a la
emoción, gritó el famoso y épico ¡Eureka!
("εὕρηκα",
en griego antiguo, "¡Lo he encontrado!" y salió corriendo
desnudo por las calles de Siracusa.
Finalmente, comprobó mediante otros
experimentos que efectivamente el volumen de un cuerpo sumergido es
similar al del líquido que desplaza (todo científico serio
comprueba varias veces y de forma empírica sus ideas). Realizó el
experimento con la corona y un lingote de oro de igual masa, y notó
que la corona desplazaba más agua, por lo que el orfebre había
reemplazado parte del oro por otro material, y eso le costó la
cabeza.
Detrás de la Leyenda
Muy bien, esa es la famosa leyenda de
Arquímedes que ilustra de manera extremadamente sencilla el
surgimiento de las ideas y algo de método científico, y esboza el
surgimiento del Principio de Arquímedes. Pero ¿qué problemas tiene
esta historia?
Primero, esta anécdota no figura en
ningún escrito conocido de Arquímedes. La primera referencia al
mismo aparece unos 230 años después, en un relato del escritor
romano Vitruvius (un libro arquitectura e ingeniería llamado De
Arquitectura). Por lo que en este punto ya podemos desconfiar de que
realmente haya sucedido todo esto.
Segundo, no explica mucho sobre el
principio de Arquímedes, que se supone quiere explicar:
Un cuerpo total o parcialmente
sumergido en un fluido en reposo, recibe un empuje de abajo hacia
arriba igual al peso del volumen del fluido que desaloja.
La corona de oro más grande que se ha
encontrado de los tiempos de Arquímedes, mide unos 18,5 centímetros
y pesa 714 gramos. Y no era precisamente una corona, sino más bien
un ramo de laureles. De todas formas, pensemos que mucho más peso
para llevar sobre la cabeza resultaría incómodo, ridículo o
peligroso, por lo que sería bastante improbable.
Aun así, y para simplificar los
cálculos, asumamos que la corona pesaba 1000 gramos. Esa cantidad de
oro, debido a su gran densidad sería de 51,8 centímetros cúbicos.
El recipiente, por razones obvias, tiene que ser mayor que la corona.
Supongamos que es redondo, y mide 20 centímetros. Esa corona,
sumergida en este recipiente, desplazaría sólo 1,65 milímetros
(algo que de por sí, está muy cerca del "ancho" de la
"panza" que forma el agua por la tensión superficial).
En el hipotético caso de que el
orfebre hubiese reemplazado un 30_ del oro por plata (algo que ya es
mucho), habría tenido una corona ligeramente más grande, de 64,8
centímetros cúbicos. Volumen que, sumergido en el mismo recipiente,
habría desplazado 2,06 milímetros. Comparando a ojo, o incluso con
instrumentos de precisión sería muy difícil notar una diferencia
del nivel del agua de 0,41 milímetros. Además, estaríamos
asumiendo que la corona es perfectamente sólida, y que no sólo no
hubo salpicaduras de agua, sino que la fundición del oro no dejó
ninguna burbuja de aire en su interior. (fuente) Considerando todo
esto, se me ocurren cuatro posibilidades:
1) Arquímedes notó esa diferencia de
medio milímetro del nivel del agua en un recipiente que ni siquiera
era transparente, pero el orfebre fue honesto, y el oro tenía alguna
burbuja en su interior, se salpicó agua, observó mal o algún error
así.
2) Arquímedes notó esa diferencia, y
el orfebre era un verdadero estafador (esta sería la versión
oficial, y dadas las circunstancias, me parece la más improbable).
3) Arquímedes no notó la diferencia,
pero estaba muy empeñado en comprobar su teoría frente al Rey.
4) Arquímedes nunca usó esta técnica
para comparar las coronas.
Galileo tras el mito
En el siglo XVI, Galileo Galilei se
hizo estas mismas preguntas, y se inclinó más por la idea de que si
realmente sucedió, el experimento tiene que haber sido otra forma,
aunque contradiga los únicos registros conocidos.
En 1586, a sus 22 años, publicó el
artículo La Bilancetta, en el que describía lo que se puede resumir
en la imagen de la derecha.
Básicamente, si tenemos la corona de
un lado de una varilla y el bloque de oro del otro, haciendo
equilibrio (y despreciando la influencia del aire), cuando lo
sumerjamos en un líquido (agua), los dos objetos desplazarán un
volumen de agua diferente, por lo que recibirán un empuje desde
abajo con diferentes valores, haciendo que la corona "flote
más".
Leyenda
Teniendo en cuenta que comparar la
cantidad de líquido desplazado es casi imposible con este tipo de
instrumentos, y para tan poca diferencia, lo más probable es que
Vitruvius haya recogido un rumor erróneo. Incluso, tendría más
sentido que Arquímedes haya realizado este otro experimento ya que
aquí se aplica la idea de empuje hidrostático, que se explica en el
principio que lleva su nombre.
Es posible que hayan tenido que pasar
unos diesiciete siglos para poner aquella anécdota en orden. Y aun
así, resulta un tanto decepcionante que nunca sabremos realmente qué
pasó, o si pasó.
El sonido de Cthulhu
Cthulhu es una criatura extraterrestre,
que tiene características físicas y habilidades que los hacen algo
parecido a un dios para los humanos. Sus principales seguidores y
sirvientes son la semilla estelar de Cthulhu. Se describe
-precisamente en el relato de La llamada de Cthulhu- como una enorme
criatura comparable a una montaña desplazándose (mide unos 10
kilómetros de altura), con cabeza de pulpo o calamar, y abotargado
cuerpo de dragón, con sus respectivas alas rudimentarias.
Tiene la capacidad de alterar su
forma, aunque siempre es básicamente la misma. Su cuerpo escamoso
está compuesto por una sustancia distinta a las que se encuentran en
nuestro planeta, una especie de masa gelatinosa que lo hace
prácticamente indestructible.
De todos modos, incluso si su cuerpo
físico es destruido por completo (cosa muy improbable), su
naturaleza extraterrenal lo haría volver a formarse en horas. Fue
uno de los conquistadores de la Tierra y dominó desde las
profundidades del océano.
Según la mitología, Cthulhu reposa
soñando bajo un sello en la ciudad sumergida de R'lyeh (en algún
lugar del océano Pacífico).
miércoles, 7 de enero de 2015
La Pelada de la Cañada
La cañada era el reino de esta
inquietante aparición nocturna.
… Parece, “Pelada”, que solo
anduviste junto a la cañada, como un alma triste. ¡Calmando
oraciones! ¡Velas y novenas! Viejas devociones para “almas en
pena” ya casi olvidadas, que al fin conseguiste, y, entonces,
“Pelada”, por eso, te fuiste.
Azor Grimaunt (de “Ancua)
Las mujeres que iban a la misa del
alba, para no tropezarse con “la pelada, daban un largo rodeo y
asimismo iban, como quien dice, con el “Jesús en la boca”.
Los vigilantes, que solo se aventuraban
a rondar a caballo y yendo por lo menos de a pares, siempre tenían
alguna excusa para no pasar por la cañada, con lo que tácitamente
eludían el mal encuentro y atendían con mas regularidad el servicio
en otros parajes, ya que por los dominios de “la pelada” no había
bravo fresco o borracho que se aventurase.
Los sábados se completaban partidas de
10 o 20 muchachos de pelo en pecho para dar con “la pelada”.
Llegaban y se dispersaban y el programa se difería para mejor
ocasión.
Los pocos vecinos que tenían sus
ranchos en la costa de la cañada, se encerraban a “piedra y lodo”,
apenas las campanas de Santo Domingo tocaban como acostumbraban a
hacerlo a las 8 en invierno. En verano, o se olvidaban los vecinos de
la aparición de “la pelada” o esta se marchaba a veranear, pues
nadie volvió a acordarse de ella como no fuera en noche de tormenta
cuando la oscuridad hiciera posible la aparición de este engendro.
¿Cómo desapareció de la Cañada?
Nunca se ha sabido, pero lo cierto es que durante cinco o seis años
“la pelada” fue la zozobra de cuantas personas tenían que ir y
volver de noche por la cañada.
Así recordaba La Voz del Interior, el
1º de enero de 1926, el clima en los alrededores de la Cañada en
tiempos del aparecido mas mentado de todos los que tuvo Córdoba.
Según Azor Grimaut, en su libro
Duendes en Córdoba, “la palada” aparecía bajo dos imágenes
distintas. Si bien ambas frecuentaban el cauce antiguo de la Cañada,
desde el Pueblo Nuevo (hoy, parte de Güemes) hasta la calle 27 de
Abril, los relatos de la gente que se refería a “la pelada”
permitieron identificarlas. Una de ellas era conocida como un bulto
de baja estatura, vestida de luto, con un manto que cubría su cabeza
y ocultaba su rostro. Se aparecía por las noches en el calicanto:
menudita y con aspecto joven, surgía imprevistamente y acompañaba
al transeúnte en su trayecto.
El fantasma lloraba mientras seguía el
paso del caminante, y si este intentaba mirar su cara o acercarse
para conocerla, “la pelada” desaparecía sin dejar rastros.
Cuenta Grimaut que si estaban cerca de
algunos de los faroles que iluminaban el cruce de San Juan y
Belgrano, esta extraña aparición se quitaba el velo y ponía al
descubierto su rostro cadavérico y cabeza rasurada, característica
esta ultima que le dio nombre al fantasma. “La pelada” solo se
aparecía ante hombres solos, sobre todo trasnochadores, jugadores y
gente de mala vida. Cuando los veía llegar, cantaba un enigmático
estribillo:
Quico, llamalo a Perico
Caco, llamalo a Don Marcos
Esta versión dice que el fantasma era
triste, pues lloraba y se quejaba continuamente, tanto que muchas
mujeres le dieron la calificación de “alma en pena.
La otra versión indica que solía
alejarse de la Cañada y confundirse entre las ancianas que se
dirigían hacia la misa de la Compañía de Jesús, donde las
asustaba y luego les robaba los rosarios y libros de oraciones, y
ante el intento de acercársele, huía velozmente.
También hay quien ha señalado que no
era exactamente pelada, sino que llevaba el pelo muy corto, algo muy
extraño en las mujeres de la época.
Cierta vez, cuatro muchachos del barrio
El Abrojal la siguieron hasta atraparla y descubrieron que era un
peluquero del barrio, pero este dijo que no era la autentica
“pelada”, sino solo un bromista ocasional.
Dicen que la pelada desapareció a
principios del siglo 20 y, con respecto a tan repentina despedida, la
gente solía fantasear que se debía a la mejora del alumbrado o a
las oraciones que le dedicaban para que pudiera salir del purgatorio
y dejar de andar penando.
Susto Turco
Tal vez aprovechando la fama de “la
pelada de la cañada”, sin dudas habrían aparecido algunos
imitadores. Pero lo cierto, es que, entre los asaltados por este
fantasma, habría un comerciante turco que se decía se le había
parecido por la fabrica de porcelana. Lo interesante del caso, es que
del susto recibido, no podía bajarse del caballo que montaba y
pretendía hacer la denuncia desde su cabalgadura.
Cuentan que el comisario no encontraba
la manera de hacerlo descender del animal al denunciante y al
preguntarle el porque de su actitud, contestole el turco de marras:
-Pasar señur comesario, que la Belada
de la Cañada ha asustado al caballo mío y ahora no deja bajar al
bobre turco…
Preguntando en la oportunidad el
comisario:
-¿Usted no se asustó, amigo?
Respondiendo el turco:
-Yo simplemente ensuciar pantalones,
señur comesario.
Una travesura en el Calicanto
Desde las márgenes de la Cañada
contagiaban el aire los perfumes suavísimos de las damas de noche
mezclados con el olor fuerte de los sucios y paicos, y ese olor
peculiar de los abrojos en plena juventud. De los patios fronteros se
difundían en el ambiente las emanaciones de los claveles y el
delicioso aroma de las buenas noches.
Aleteó en el ramaje de una tusca un
afrecherito y luego anuncio la llegada de una lluvia próxima,
mientras que desde una de las torres del Niño Dios, una lechuza
chillo rispidamente.
Se escucho como brotada de las
centenarias piedras del calicanto una blasfemia para romper el
maleficio de aquel canto del ave nocturna que anuncia la muerte, y
enseguida nomás, en el cono de luz del viejo farol a querosén de la
avenida San Juan, se diseño la figura de un hombre que todavía
gesticulaba amenazante contra las torres de la pequeña iglesia
mascullando insultos contra la lechuza. Las sombras lo consumieron
muy pronto, pero sus pasos en las desiguales lajas de la vereda
fueron despertando a los perros de toda la cuadra, que sin saber los
cerdos de lilas y suspiros, querían comérselo vivo a ladridos.
Nuevamente como un bostezo triste, se escucho el rebuzno de un burro
a lo lejos, sobreponiéndose a las siliconías de sapos y chilicotes.
Luego, un grito destemplado y brutal de
un ebrio y el desconcierto de los perros irritados por el insomnio;
habían ya callado las mandolinas y las guitarras.
Luces de las casas donde había juegos
de prendas y rifas estaban extinguidas y solamente en el telón de
sombras agrietaban la noche las bocas rojas, casi de hornos
encendidos, para que amanecieran con el sol las empanadas, las tortas
amarillas, las semitas y los bizcochos delgados para el domingo
cordobés que no parecía tal si faltaban aquellos manjares y el buen
caldo de pata con mote, ají de mala palabra y sonco.
De pronto, hubo como un estremecimiento
de todas las voces de la noche. Hasta los sapos en la frialdad
impresionante de sus gargantas parecían tremolar más sus voces.
Aullaban los perros lo mismo que lo hacen cuando en las noches de
luna llena se reúnen para mirar al Mandinga y, en los tunales de
frente al Niño Dios, conversaron como alarmadas las lechuzas.
Trastabillando por el exceso y
parlamentando con las creaciones de su cabeza atolondrada por el
alcohol, bajando de lo alto del molle, llego a la esquina de San Juan
un hombre engualichado en un pañuelo de seda blanca y trayendo a las
rastras casi su rica chalina.
Se detuvo en las esquina mortesinamente
iluminada a conversar con los fantasmas de su borrachera. Dialogo
unos instantes y luego, como para saciar un deseo desesperado, exhalo
un alarido. Realmente estaba muy borracho. Quizá en la
experimentación de los fenómenos de su completa beodez gritaba
furibundo en el deseo de una liberación.
Justamente cuando los ecos de su grito
feroz habían apuñalado la noche, salto álgidamente desde el lomo
del viejo calicanto un bulto. Se desembarazo muy pronto de las
sombras para recostarse en la luz del farol en sus límites
reducidos. Era una mujer, mas bien parecía una chica. Vestida toda
de negro y tenia cubierto el busto con un manto también de luto. En
los labios húmedos del beodo murió casi al nacer un nuevo alarido.
Sus ojos se quedaron fijos en la aparición y, como por la acción de
un milagro, su cuerpo recobro la posición normal y su figura
adquirió aptitud de defensa,
La mujercita, sin decir una sola
palabra, se le fue aproximando hasta quedar justamente a su lado,
casi tocándole.
El hombre, preso del terror, no atino a
ensayar la más mínima acción. Toda su actividad se la había
concentrado en los ojos. Así estuvieron quizá un minuto. Ella, como
solicitando mucha protección, y el, a la espera del ataque,
imposibilitado hasta para modular una palabra.
La mujer, mas confiada, suavemente dejo
caer el manto que le cubría la cabeza y entonces la luz aminorienta
del farol descubrió su casco totalmente rasurado. La visión de la
calva colmo el terror de aquel hombre que, como curado repentinamente
de su borrachera, recupero todas las energías vitales de un ser en
estado normal para emprender veloz carrera en dirección a las cinco
esquinas, hundiéndose en la noche.
Ella pareció sonreír. Levanto la
chalina que el aterrorizado borracho dejara caer en su fuga y salto
ágilmente hasta el lomo del calicanto para confundirse también
entre las sombras.
El Nimbus, El Primer Tren Fantasma
Los británicos decidieron
desmantelarlo en el siglo XX, y el material que se obtuvo de él se
utilizó como chatarra. Nueve meses después de ser destruido
completamente, el Nimbus reapareció como un tren fantasma, siendo
visto por varias personas en muchas vías férreas de Inglaterra.
Una de las historias que más me
impactó fue la comitiva fúnebre del presidente norteamericano
Abraham Lincoln. Los restos mortales del presidente, así como los de
su hijo Willie, fueron transportados en tren hasta Springfield, en
Illinois, para la ceremonia del entierro. Cuentan que, en cada
aniversario de la muerte del presidente, el tren fantasma vuelve a
aparecerse en las vías de Estados Unidos causando horror en los
habitantes.
Algunas personas llegan a decir que han
visto esqueletos, zombies y espectros y espiritus a través de las
ventanillas del tren. Cada vez que pasa por alguna estación silba, y
algunos jefes de estación cuentan como, al paso del tren fantasma,
los relojes de la estación se detienen.
El tren fantasma de Saint Louis es de
Saskatchewan, en Canadá, un tren fantasma famoso por su luz
espectral. Mientras que algunos consideran que son las propias luces
del tren, otros piensan que es la linterna del maquinista fantasma,
quien asoma su figura espectral por la ventanilla.
Cuenta la leyenda de terror que este
maquinista falleció de forma violenta mientras trabajaba, cuando un
tren le atropelló, cortándole la cabeza. Con su linterna recorre
Canadá buscando su propia cabeza.
El Tren Fantasma de Lincoln
En muchas ocasiones hemos escuchado
historias relacionadas con barcos y casas encantadas, pero ¿y qué
ocurre con los trenes? Los trenes han estado presentes alrededor de
todo el mundo durante mucho tiempo, y muchas personas tienen una
verdadera fascinación por este medio de transporte. Pero también
forman parte de los folclores locales, así que en muchas partes del
mundo se cree en las apariciones de trenes fantasmas o trenes
embrujados.
Podríamos hablar largo y tendido sobre
este tema, pero uno de los más trenes fantasmas más famosos de
todos los tiempos fue el tren del entierro de Abraham Lincoln, lo que
lo llevó de Washington a Springfield para su entierro en abril de
1865. También conocido como “El tren fantasma de Lincoln”, es
uno de los eventos sobrenaturales más intrigantes de toda la
historia.
La misteriosa muerte de Lincoln
Antes de nada tenemos que hacer una
breve resumen a la muerte de Abraham Lincoln, el decimosexto
presidente de los Estados Unidos, que estuvo rodeado de extraños
sucesos y experiencias paranormales durante toda su vida. Su esposa,
Mary Todd Lincoln, estuvo fuertemente involucrada en el espiritismo,
tratando de comunicarse con su hijo Willie que falleció en la Casa
Blanca mediante sesiones de espiritismo. Aunque Lincoln asistía a
todas las sesiones, él no era un fuerte creyente, hasta el día que
fue testigo de varios extraños fenómenos.
Lincoln una vez tuvo una extraña
experiencia al ver una imagen doble de sí mismo en un espejo. Él
encontró esto tan inquietante que lo habló con su esposa, quien le
dijo que era un presagio de que sería elegido para un segundo
mandato. En otra ocasión, el presidente Lincoln soñó que estaba en
el ala Este de la Casa Blanca presenciando un gran funeral. Cuando le
preguntó a un soldado qué pasaba, le dijeron que el presidente fue
asesinado. Tres días después de relatar su sueño a su esposa y a
sus amigos más íntimos, Lincoln fue asesinado. Ocurrió durante la
noche del 14 de abril 1865 en el Teatro Ford en Washington D.C. El
actor John Wilkes Booth irrumpió en el palco presidencial y le
disparó al presidente a quemarropa antes de escapar. Lincoln vivió
sólo unas pocas horas antes de morir a las 7:22 am del 15 de abril.
Inmediatamente después de su muerte, las banderas fueron bajadas a
media asta, las campanas de toda la ciudad sonaron, y toda una nación
conmocionada se puso de luto.
La ruta funeraria
El Secretario de Defensa Edwin M.
Stanton se encargó de la supervisión de los preparativos para el
cortejo fúnebre. Una orden fue emitida para requisar el uso
exclusivo de los ferrocarriles desde Washington a Springfield,
Illinois. El cortejo fúnebre viajaría 2.661 kilómetros a lo largo
de la misma ruta la cual el propio Lincoln realizó como presidente
electo en 1861. La única diferencia era que el tren no iba a pasar a
través de Pittsburgh o Cincinnati. El cuerpo de Lincoln, junto con
el cuerpo exhumado de su hijo Willie, fue cargado a bordo del tren
funeral.
El cortejo fúnebre estaba formado por
nueve vehículos, incluyendo coches de equipaje y el coche fúnebre.
Ocho de los coches fueron proporcionados por los jefes de los
ferrocarriles para transportar sus pertenencias, el noveno fue el
coche del presidente, que había sido construido para ser utilizado
por el nuevo Presidente y otros funcionarios, el cual estaba
compuesto por una gran sala, sala de estar y dormitorios. Este coche
se vistió de luto y contenía los féretros de Lincoln y de su hijo.
Entre Albany y Nueva York, las
multitudes se reunían entre los pequeños pueblos a lo largo de la
ruta para ver pasar el tren funerario. El tren pasó a través de
cada ciudad hacia el norte a lo largo del río Hudson, y la única
parada fue en Poughkeepsie, el 25 de abril, antes de dirigirse a
Albany.
Los restos de Lincoln y su hijo
viajaron a través de las 444 comunidades hasta que el tren llegó a
su destino final, donde los dos fueron enterrados en el cementerio de
Oak Ridge en Illinois. Muchas personas afirmaron que con la llegada
del tren fúnebre los relojes de la zona se detuvieron.
Este viaje lúgubre fue la procesión
funeral más grandiosoajamás realizada para un presidente.
Sin embargo, la historia no termina
aquí. Sin contar el complot para robar su cuerpo y que el cuerpo de
Lincoln fue movido 17 veces, el coche fúnebre de Lincoln cambió de
propietario varias veces después de cumplir con su deber.
Curiosamente, en marzo de 1911, el coche fue destruido cuando un
misterioso incendio arrasó un área cerca de Minneapolis, Minnesota,
donde se estaba almacenando.
Apariciones del tren fantasma
Dicho esto, cada año en el mes de
abril después del viaje del cortejo fúnebre un tren fantasma ha
sido avistado por muchas personas viajando por el mismo trayecto. Al
parecer sale desde Washington D.C., viajando a través de Nueva York,
y dirigiéndose hacia Springfield, desplazándose lentamente y de
manera inquietante. Algunos testigos en los últimos años afirman
haber visto un ataúd cubierto por una bandera rodeado de los
espíritus de soldados vestidos con uniformes azules de la Unión.
Incluso estas apariciones fantasmales
fueron publicadas en la prensa escrita “Albany Evening Times” en
1978 que decía lo siguiente:
“El tren siempre aparece en Albany el
27 de abril, en el aniversario de su primer paso. A media noche –
siempre a medianoche – el tren aparece de la oscuridad, moviéndose
silenciosamente por las vías con su crespón negro que fluye de sus
lados y emitiendo sonidos débilmente audibles de música fúnebre.
Quienes han llegado a ver el tren fantasma dicen que se desplaza
sobre una alfombra negra que parece cubrir las vías, mientras que
soldados espectrales de uniforme azul del ejército de la Unión lo
acompañan. La aparición fantasmal se desplaza hasta desaparecer de
la vista sobre algún horizonte.”
Incluso los vigilantes de seguridad que
se encargan de vigilar los ferrocarriles afirman que cada año el
tren fantasma aparece. Regularmente en el mes de abril, a la
medianoche, el aire en las vías se vuelve muy agudo y cortante. Es
en ese momento cuando los vigilantes saben que aparecerá en
cualquier momento. Ellos describen idénticamente lo anteriormente
citado por “Albany Evening Times”, con la diferencia de que los
relojes siempre se detienen. También ha habido informes de que se
puede escuchar un silbato y la aparición de un humo fantasmal, pero
que no aparece ningún tren.
La leyenda sigue viva
Este es el sorprendente caso del tren
fantasma de Lincoln, que comenzó con el asesinato de un hombre que
vio su propia muerte, de un país entero de luto, y que trasladó el
cadáver de un presidente a más de 2.600 kilómetros por el
ferrocarril y en un estado de conmoción. Todos los expertos en lo
paranormal están de acuerdo, se reúnen todos los ingredientes para
mantener la energía fantasmal viva con el paso del tiempo.
Anualmente, el 25 de abril tanto los curiosos como expertos se
dirigen a las vías del tren de Poughkeepsie para intentar obtener
una visión de las figuras fantasmales que rodean el ataúd negro
transportados por los soldados espectrales de la Unión.
lunes, 5 de enero de 2015
Conmoción en Santiago del Estero por el nacimiento de un "Perro Elefante".
La familia de Eduardo Landín, del barrio El Brete, en la
Banda, estaba contenta por el nacimiento de los 11 cachorros de la perra que
siempre los acompañó. Sin embargo, todo cambió cuando constataron que uno de
ellos era muy distinto a los demás. Tan distinto que tenía trompa de elefante.
El animal con la extraña malformación fue llevado de
inmediato al Centro de Sanidad Animal, aunque los profesionales que allí se
encontraban no supieron explicar las razones de lo ocurrido.
Hasta las últimas horas del miércoles 12 de Noviembre de
2014, el animal se alimentaba con dificultad. "La madre le da de mamar,
pero el perrito se ahoga", explicaron las mujeres que ahora deben atender
a los cientos de curiosos que se acercan para ver a la extraña criatura y
tomarle fotografías.
Pero ese no fue el único caso ya que en Pampa de los
Guanacos, también en Santiago del Estero, en mayo último se había producido el
nacimiento de un cachorro sin ojos y con trompa de elefante.
Sin embargo, en
esa oportunidad la criatura apenas vivió segundos. Según los ambientalistas de
la zona, las malformaciones se deben a las fumigaciones, que influyen en el
proceso de gestación ya que en esa zona hay muchas plantaciones de soja y por
ende deben fumigar constantemente los campos sembrados.
Dragón De La Cólquida
El dragón de la Cólquida (llamado así por el lugar donde
habitaba), también llamado dragón insomne, y a veces mencionado como serpiente,
era hijo de Equidna y Tifón.
Tenía la capacidad de no dormir nunca y era el encargado de
custodiar el vellocino de oro.
Cuando los argonautas fueron en busca de éste, Medea, con su
magia, hizo dormir al dragón insomne, ocasión que aprovechó Jasón para robar el
vellocino.
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