jueves, 11 de septiembre de 2014
El Basilisco
El
basilisco es un animal extraño con forma de reptil en forma de
serpiente que mata con la mirada. Posee patas, pico y cresta de
gallo.
En
la Edad Media se decía que había nacido de un huevo sin yema puesto
por un gallo, en una noche de luna llena y empollado por un sapo
sobre el estiércol. Si se dan estas premisas, al día siguiente
encontraremos un huevo blanco y esférico.
Sólo hay dos medios para
matar a un basilisco: el canto del gallo, que lo ahoga en cuanto lo
oye y un espejo, para que al verse en él reflejado, su propia mirada
lo mate. ..
Aunque
algunas leyendas cuentan que también es vulnerable a la comadreja,
que segrega una sustancia venenosa para él, y al canto de su propio
padre, el gallo, que le produce la muerte En Oriente se le atribuía
la forma mixta de gallo, serpiente y sapo.
Por temor al basilisco
muchos viajeros que atraviesan las montañas de Cantabria van
acompañados de un gallo, para poder enfrentarse a él y salir bien
parados.
El Arquetu
El
Arquetu es un viejo de larga melena bermeja vestido con un hábito
blanco salpicado de pintas moradas. En la frente tiene una cruz verde
rodeada de llaves y candados pintados... Lleva colgado al hombro
derecho una taleguilla de color nube y debajo del brazo izquierdo una
arquita de oro con adornos de plata y bronce pulido... Anda muy
despacio y nadie sabe de dónde viene ni a dónde va...
Le
irrita que los hombres despilfarren su hacienda en juergas y
vicios... y recorre con su arquita los montes y valles de Cantabria
ayudando a la gente y dando consejos para que ni los pobres ni los
ricos malgasten sus caudales... Cuando algún desgraciado pierde sus
bienes de tal manera y se refugia en el monte muerto de vergüenza...
tristeza y remordimiento... se le aparece el Arquetu en algún
sendero con su rostro severo y adusto... pero al mismo tiempo con
ojos de compasión... Primero... le afea su conducta... pero luego...
le consuela y acaricia y... abriendo su arquita... le da unas onzas
de oro para que... arrepintiéndose de la mala vida que ha llevado...
las invierta en su trabajo y las haga fructificar.
Pero,
si el derrochador toma las monedas y se las gasta en sus vicios... el
Arquetu le condena a pasar el resto de sus días pidiendo limosna por
los caminos o a cosas peores.
La Sirenuca de los Ojos Turquesa
De
las sirenas se dice que son perversas y malas, pero en el caso de las
sirenas de Cantabria esto no es cierto. Nuestras sirenas son seres
adorables. Es cierto que se enfadan cuando algún marinero canta o
silba, pues creen que es una burda mofa de sus delicados cantos, y en
estos casos se juntan muchas de ellas y nadan formando remolinos
alrededor del barco para asustar al marinero cantarín, pero eso es
todo.
No
son mujeres-pez, sino mitad mujer mitad pez, como los tritones y la
diferencia es que ellas siempre han vivido en el mar, aunque alguna
vez las sirenas pueden transformarse en mujeres pero sólo por un
tiempo.
El
marinero que captura una sirena, lo cual es muy difícil, recibe un
premio de Lantarón: elderecho a casarse con ella. Para ello el
pescador debe besar en seguida a la sirena, cuya cola se transforma
en dos hermosas piernas. Además la sirena le entrega su espejo de
nácar, que él debe esconder para que ella no lo encuentre, pues si
así fuera, el hechizo se rompería y ella regresaría al mar.Esto
explica por qué las ex-sirenas no aman a sus maridos ante la
esperanza de volver algún día a su querido mar...
La
sirenuca de los ojos turquesa fue una bellísima sirena que fue
capturada por un pescador... besada y, por tanto, transformada en
mujer y esposa de aquel hombre... Se convirtió, por tanto, en una
guapísima moza de Castro Urdiales que acostumbraba a mariscar en los
cantiles más peligrosos para cantar al compás de las olas... Un
buen día... nuestra sirena al arrancar un erizo rojo como la
herrumbre descubrió una bolsita entre las rocas que contenía su
querido espejo de nácar y al verse reflejada en él... se transformó
de nuevo en la sirena que había sido...
Dicen,
que el pescador desesperado, se arrojó desde lo alto de un
acantilado y se estrelló contra las rocas maldiciendo a Lantarón y
a las sirenas...
martes, 9 de septiembre de 2014
Los Ventolines
Son
geniecillos con grandes alas verdes, y ojos del color de las olas al
desenredarse... Viven sobre la mar... en las nubes rojizas de
poniente.
Ayudan a los pescadores viejos a recoger redes... a
remar... abrigándose con sus alas cuando hace frío, mientras ellos
soplan suave brisa en la vela de la barca.cuando algún pescador
tiene problemas en el mar o está tan agotado que no puede ya remar y
su vida peligra, susurra estas palabras para invocar la ayuda de los
ventolines:
Ventolines,
ventolines,
ventolines
de la mar:
este
viejo está cansado
y
ya no puede remar.
Aparece
entonces un enjambre de pequeñas criaturas que son como diminutos
angelitos, con unas alas grandes y verdes, que comienzan a soplar con
todas sus fuerzas la vela de la barca y acercan así al pescador en
apuros a tierra firme.
Los Nuberos
Nos
encontramos ante unos genios chiquititos y malignos que cabalgan
sobre la tempestad y a quienes las campanas de las aldeas tratan de
conjurar con el triste toque del "tente-nú". Son los
causantes de las galernas del Cantábrico tan temidas por todos...
Los
Nuberos son los genios traviesos y maliciosos que montados en nubes
grises se divierten provocando tormentas con la intención de asustar
con sus rayos a los animales y destruir con el granizo las cosechas
de los hombres.
Son
pequeños, de cara maliciosa y aspecto obeso. Siempre aparecen
montados en sus nubes que ellos mismos crean y desde ellas controlan
el granizo, el rayo y la lluvia. Crean sus nubes gracias a un poder
especial que tienen y no les son necesarios componentes para
realizarlo. También pueden invocar rayos a voluntad, y no dudarán
en utilizarlos como armas si son atacados o molestados.
Los
nuberos suelen cometer sus fechorías a antojo pudiendo incluso
reunirse varios de ellos para juntos formar un gran nubarrón de
tormenta con la que divertirse.
Los Espumeros
Son
unos seres marinos de las costas cántabras. Se llaman de este modo
porque cuando están juntos, que es casi siempre,, les encanta jugar
con la espuma, ya sea en la cresta de las olas, por las que corren
sin hundirse, o cuando revolotean sobre las estelas de los barcos.
Son hombrecillos muy pequeñitos como niños regordetes, y visten una
túnica del color de las algas.
No
se alejan mucho de tierra, en la que a veces se internan por
diferentes razones, pues son ellos quienes recogen flores en los
prados y bosques para hacer collares a las sirenas y ellas, a cambio,
les regalan caracolas y cada uno tiene la suya.
Cuando
va a haber tormenta suben a los acantilados y soplan al tiempo sus
caracolas para avisar a los pescadores de que deben volver a puerto.
Son
rubios o morenos y tienen unos ojos tan brillantes que cuando la
niebla oculta la costa, se colocan delante de los barcos y les guían
como si fueran faros.
Los
espumeros son unos simpáticos seres marinos de la costa cántabra.
Se llaman así porque cuando están juntos, que es lo común, les
encanta jugar con la espuma... ya sea la de las crestas de las
olas... por las que corretean sin hundirse... o cuando revolotean
sobre las estelas de los barcos... que es uno de sus pasatiempos
favoritos... Son unos hombrecillos muy pequeñitos, como niños
regordetes, y visten una especie de túnica de color de algas...
No
se alejan mucho de tierra, en la que a veces se internan para recoger
flores en los prados y bosquecillos y así, hacer con ellas los
collares de las sirenas. A cambio, ellas les regalan unas hermosas
caracolas... y cada uno tiene la suya. Cuando va a haber tormenta
suben a las cavernas de los acantilados... y soplan al unísono en
sus caracolas, de modo que el estruendo que levantan anuncia a los
pescadores que corren peligro y deben volver a puerto... Otras veces,
cuando en tierra no llueve... y los agricultores se inquietan porque
ven que sus sembrados se agostan sin remedio... los espumeros llenan
sus caracolas en los estuarios de los ríos y vuelan miles de veces
vaciándolas sobre los campos...
Son
rubios o morenos... Los morenos tienen unos ojos tan brillante que...
cuando la niebla nocturna oculta toda luz costera... se colocan
delante de los barcos y van orientando al capitán como si fueran
faros... Los rubios son muy guapos y suelen entrar en las casas sin
ser vistos para ver qué noticias del hogar pueden llevar al marido,
padre o novio marinero... Una vez, un espumero rubio entró en casa
de una muchacha que suspiraba de pena porque su novio se había
embarcado aquella mañana y pasaría muchos días sin verlo...
Recogió los suspiros en un pañuelo y se los llevó hasta el barco
donde estaba su amado...
domingo, 7 de septiembre de 2014
El Lantarón
Lantarón
es el rey del mar que baña las costas cántabras... Tiene una forma
parecida a la humana y algunos hombres que lo han visto... lo
comparan con Neptuno. Sus pies son enormes, con dedos unidos por una
membrana...
Tiene el cuerpo robusto y musculoso, la piel broncínea,
verdinegra como algas y muy brillante... y unas manos fornidas y
nudosas... La cabeza es ovalada, con dos enormes ojos verdes
saltones... Los hombres lo huyen... debido al miedo que provoca en
ellos.
Lantarón
suele acercarse a tierra en la bajamar y apostarse en un saliente de
las rocas, donde permanece inmóvil y erguido como una estatua...
contemplando el vaivén de las olas... Sólo se alimenta de pulpos, a
los que arranca del fondo del mar con sus nervudas manos... los
golpea contra las rocas y se los come lenta y pensativamente mientras
pasea los ojos por la extensión de su reino....
Lleva
como báculo una recia vara de saúco, árbol sagrado de cuyas
bolitas negras mezcladas con leche de sirena hace una pócima que por
la noche le hace fluorescente y le confiere poderes sobrenaturales
Seres Extraños Del Mar
Cantabria
es montaña, la Montaña por antonomasia... pero por ello mismo
balcón abierto hacia el mar que ciñe el Norte... Los seres
fantásticos que pueblan sus valles, cuevas, bosques y arroyos
encuentran contrapartida en aquellos que conocen sus marineros y
pescadores... esos hombres que... resignados e intrépidos... se
alejan cada día de sus costas verdes y aromosas para tender en el
bravío Mar Cantábrico sus redes y arrancarle sus peces...
Entre
los seres del Cantábrico... los más conocidos son aquellos que de
alguna manera participan de la vida humana... aquellos que tienen
algo de hombre y que por eso mismo le resultan familiares... aunque
al mismo tiempo le inspiran temor.
Contrariamente
a lo que sucede en tierra... la mayor parte de los seres marinos son
beneficiosos... o al menos, inofensivos para los pescadores y
navegantes que se internan en las procelosas aguas del Cantábrico...
No
quiere decir que no existan monstruos... pues muchos viejos lobos de
mar podrían describir docenas de ellos a cuál más espantoso y
cruel. Lo que sucede es... que normalmente no actúan contra el
hombre... Y esto se debe a la autoridad que ejerce sobre todos ellos
un personaje desconocido en otros mares... un extraño ser entre
animal, humano y divino... que reina sobre todo ser viviente bajo las
aguas que bañan Cantabria: el enigmático y temible Lantarón, de
cuyos poderes sabemos algo... mas no así de sus orígenes y familia.
El Sol De Los Muertos
Se
llama así al Sol último de la tarde que envían los difuntos... Muy
reverenciado antaño, se le rezaba una oración al oscurecer... cara
al poniente... honrándole con una fiesta anual... Benditos sean los
muertos buenos y las almas arrepentidas; benditos sean nuestros
difuntos, nuestras obligaciones y las almas del purgatorio que
esperan la gracia de Dios. Que el sol de los muertos aplaque todos
sus tormentos y sus dolores. Amen.
Ya
no se dice esta jaculatoria. En la miés y en el prado, un poco antes
del anochecer, cuando salía el sol de los muertos, rezaba la gente
esta oración, mirando hacia la parte de Asturias, que es por donde
el Sol dicen que va a la otra banda del mundo.
Ese
sol de los muertos, le hace dios para que nos acordemos de la hora de
la muerte, en que se acaba el mundo. El sol nace por la mañana, lo
mismo que la vida y todas las cosas de la tierra. Nacemos para morir,
como el mismo sol, y por eso el sol de los muertos sirve para
decirnos todos los días que sea lo que sea de nosotros, el día
menos pensado.............
Decían
los viejos, que ese sol le mandaban los difuntos, con permiso de
Dios, a las personas que rezaban por ellos al acostarse y al
levantarse. Fuera lo fuera el sol de los muertos era reverenciado por
la gente; pero ahora las cosas han cambiado mucho.
Antes
las mozas que iban a las fiestas, guardaban un poco de hierbabuena,
que ponían en el vestido el día en que se casaban y en el gorro del
primer mozo que tenían.
En
otras partes de Cantabria se llama así al sol que surge entre la
llovizna... afirmando que tal agua no moja... y que es entonces
cuando resucitan los muertos... y llueven ranas y sapos del bardal.
viernes, 5 de septiembre de 2014
La Viejuca De Viesperes
Todos
los Sábados las brujas de Cantabria... tras churrar en las cenizas
del hogar y al grito de... "¡Sin Dios y sin Santa María, por
la chimenea arriba!"... parten volando en escobas o
transformadas en cárabos... rumbo a Cernégula... pueblo de Burgos
donde celebran sus reuniones brujeriles alrededor de un espino...
para... luego del bailoteo, chapuzarse en una charca de agua
helada...
Otras más correntonas... amanecen en Sevilla al pie de
Bruja inofensiva... encorvada y descolorida... que recorre los prados
las noches de luna llena... apoyándose en un cayado de oro con
regatón de plata que siempre está limpio aunque toque pozas y
barros...
Gasta
una capa de color encarnado intenso y corizas de piel de comadreja...
Eternamente
solitaria, se hace invisible cuando algún curioso la sorprende en
sus paseos nocturnos...
Los Enanucos Bigaristas
Enanos,
feos y barbudos, maduros y con arrugas en el rostro, dotados de gran
inteligencia y habilidad y con una sabiduría semidivina. Son
pequeños y solitarios, su nombre proviene de que saben tocar el
bígaro, instrumento de viento musical similar a una concha de mar,
con cientos de notas diferentes, cosa que no saben hacer ni los más
viejos hombres de mar.
Se dedican a ayudar a la gente necesitada,
dándoles consejos y presagios con sensatez, ya que conocen y
entienden los problemas de los hombres. Su sabiduría también les
permite forjar alianza con alguna anjana de buen entendimiento y
juntos discuten largamente sobre cosas referentes a su cultura.
En
Cantabria todos los niños han visto u oído hablar alguna vez de
unos seres tan diminutos como un puño que viven en el campo... ya
sea en agujeritos en el suelo parecidos a las toperas o en huecos de
los árboles... A veces, se dejan ver por los mortales...
aconsejándoles sobre esto o aquello... pero... si no se obedecen sus
indicaciones, se vuelven malos y vengativos...
Las leyendas rumorean
que este enanuco, que habita junto a una colina llamada Lindalaseras,
se dedica por la noche a corromper el agua de la fuente llenandola de
escorpiones y por el día toca el bígaro produciendo un sonido
mágico tan agradable que atrae a jóvenes y pastores. Cuando estos
llegan, con un brinco se presenta ante ellos y les habla con
zalamería, produciendoles inconscientemente sed y despues les incita
a beber de la fuente. Y así, se rumorea que los que beben de la
fuente se vuelven pesimistas, ariscos y son víctimas de la
melancolía y más tarde de la muerte. que envenenaba las fuentes al
atardecer...
Se
les encuentra en las galerías de las minas, lo cual es un buen
augurio, pues eso quiere decir que allí se encontraran metales o
gemas de gran valor. Se cree que estos enanucos po seen grandes
tesoros escondidos bajo tierra.
Nunca
van en grupo. Algunos se dedican a causar mal corrompiendo las aguas
cristalinas, llenándolas de sapos y de escorpiones.
Por
suerte son más los enanos del bígaro que se dedican a hacer el bien
que los que se entretienen causando el mal a los cántabros
Los Cuines De Silió
En
Cantabria todos los niños han visto u oído hablar alguna vez de
unos seres tan diminutos como un puño que viven en el campo... ya
sea en agujeritos en el suelo parecidos a las toperas o en huecos de
los árboles...
Tienen los ojos azules y chispeantes, pelo bermejo y
pantorrillas muy abultadas... y visten medias calzas de color rojo...
Entre ellos se comunican mediante un silbido característico muy
parecido al canto del mirlo... y, además, tienen un bígaro o
caracola con la que entonan un canto especial...
Enanos
también llamados "Familiares" que actúan por parejas
haciendo el bien... especialmente a los niños... a quienes divierten
con sus piruetas, muecas y gracioso gañir de cerditos recién
nacidos... Visten una capucha encarnada y botines como la nieve...
Se
sabe de "Familiares" que solo se muestran a los
inocentes...
miércoles, 3 de septiembre de 2014
La Ojáncana
La
ojáncana también llamada "la novia del ojáncano" por las
pérfidas maldades que tiene con él en común, es una gran criatura
humanoide y de terribles rasgos físicos: carichata y macrocéfala,
adornada con greñas de cabello oscuro, sucio y alborotado.
Con
enormes y retorcidos dientes que surgen de su sobresaliente labio
inferior imitando a los de un jabalí y con una piel escamosa y
agrietada.
Pero
la más característica deformidad es el gran tamaño de sus pechos
que caen alargados como bolsas y que puede cargarlos a la espalda,
acto que suele realizar cuando caza, está enfadada o huye.
Le
gusta cazar los niños que se pierden por el bosque, con los que se
alimenta. Primero les roba toda la sangre, para ella el más
exquisito licor, y más tarde los devora a grandes dentelladas.
Cuando
no dispone de sus infantiles víctimas, se tiene que conformar con
comer animales, que acumula en sus antros lobregos y profundos,
generalmente cuevas oscuras El Ojáncano no se reproduce en pareja,
su nacimiento es de lo más curioso. Cuando un Ojáncano está viejo,
los demás lo matan, le abren el vientre para repartirse lo que lleve
dentro y lo entierran bajo un roble. Al cabo de nueve meses, salen
del cadáver unos gusanos amarillos, enormes y viscosos, que durante
tres años serán amamantados por una Ojáncana con la sangre que
mana de sus voluminosos pechos y de este modo pasan a convertirse en
Ojáncanos y Ojáncanas.
En
los umbrales de estos lugares es donde algunos lugareños dejan carne
o pan de mijo junto a cuencos de leche o sangre de animales confiando
evitar sus continuas salidas de caza de hombres, niños y rebaños.
Se
rumorea que existen ojáncanas en numerosas cuevas de Cantabria: en
la Penilla de Cayón, Santurce de Toranzo y Cieza en Torrelavega.
Enanucos
Dentro
de la variada gama de seres extraordinarios que pueblan los valles y
montes de Cantabria... nos encontramos ahora con los "enanucos".
Los
"enanucos", son parecidos a los duendes, sobre todo por su
estatura, pues no pasan del tamaño de una mazorca, y, según algunos
testimonios... son más bien feos e incluso contrahechos...
Contrariamente a los duendes... conocen la vida familiar ya que hay
"enanucas" con las que se casan... Viven muchísimos años,
pero no son inmortales, aunque algunos autores afirman que sí lo son
aquellos que consiguen unirse sexualmente con un humano...
Normalmente
viven bajo tierra, donde se ocupan de la elaboración de metales... y
de la custodia de ricos tesoros que han ido acumulando durante
siglos... Muy a menudo, salen a la superficie... sobre todo los más
jóvenes... para ayudar a la gente... pues poseen ciertos poderes y
son muy valientes...
A
veces, se dejan ver por los mortales... aconsejándoles sobre esto o
aquello... pero... si no se obedecen sus indicaciones, se vuelven
malos y vengativos... como cierto "enanuco" de Iguña...
reyezuelo del entorno... que envenenaba las fuentes al atardecer...
La Leyenda Del Unicornio
Muchos
años atrás, cuando el mundo era aun muy joven, salvajes y
maravillosas criaturas corrían libres por todas partes.
El
más hermoso de todos ellos era el Unicornio.
Constantemente
perseguido por los poderes mágicos de su cuerno, el Unicornio no era
fácil de capturar.
No
solo era suave y gentil, sino también extremadamente rápido, seguro
y agraciado, lo que frustraba hasta los más expertos cazadores.
Pero
lo que aseguraba la captura segura del Unicornio, era la ayuda de una
joven e inocente moza.
Pues
a la criatura le atraía su pureza, se acercaba confiado y descansaba
su cabeza en las piernas de la joven.
Era
así como la indefensa y despreocupada criatura era capturada. Y de
esta manera, después desaparecieron todos los Unicornios.
¡Oh,
el mundo ahora lamenta la perdida de este ser tan mágico!
Y
ahora que es demasiado tarde, aun extrañamos su belleza.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Vampiros y Personajes Históricos
Más
conocido como Barba Azul, Gilles de Rais fue un aristócrata francés
que vivió durante el siglo XV. Compañero de armas de Juana de Arco
y un héroe nacional de la Guerra de los Cien Años, fue considerado
en su tiempo como la reencarnación del mismo demonio y un
desenfrenado homosexual, del que se dice que llegó a sacrificar más
de ochocientos niños, a los que hacía raptar y llevar a su
castillo. Allí cometía con ellos los más aberrantes rituales de
magia negra y satanismo, de los que no se excluían prácticas como
la violación o el descuartizamiento de los cuerpos, con el fin de
procurarse la piedra filosofal que le concedería fortuna y vida
eterna.
Por
su parte, Erzsébet de Báthory, la Condesa sangrienta, fue miembro
de una ilustre familia húngara, y vivió entre los siglos XVI y el
XVII. Las campañas militares de su marido hacían que la condesa
Báthory se viera obligada a pasar largas temporadas sola, así que
comenzó a reunir a su alrededor una cohorte de encantadores, brujos
y alquimistas que la iniciaron en las prácticas de magia negra.
Convencida de que si se bañaba en sangre de doncellas conservaría
su hermosura indefinidamente, inmoló para estos sangrientos rituales
más de seiscientas víctimas reclutadas entre las campesinas de sus
posesiones.
Otro
de los más famosos criminales de la historia es el alemán Peter
Kürten, conocido como el Vampiro de Dusseldorf, un sádico cuya
mayor satisfacción era beber la sangre directamente de la herida que
infligía a sus víctimas. La sucesión de crímenes que tuvo lugar
en Colonia en los primeros años del siglo XX produjo el mismo pánico
que la acontecida en Londres en tiempos de Jack el Destripador y fue
justificada por el propio asesino en una serie de cartas que, una vez
en prisión, dirigió a los familiares de sus víctimas, en las que
hablaba de su necesidad de sangre, del mismo modo que otros necesitan
el alcohol.
El
más famoso de todos es sin duda Vlad Tepes, Príncipe de Valaquia,
en cuyo personaje se inspiró Bram Stoker para escribir su célebre
obra Drácula.
Nació
hacia el 1428 y murió en 1476.
El
apodo fue una herencia de su padre, príncipe del antiguo señorío
de Valaquia, situado a orillas del Danubio, a quien sus súbditos
concedieron el calificativo de Dracul (término rumano que significa
'el Diablo') por su extrema crueldad. El pequeño Vlad, tercero de
los hijos del señor de Valaquia, fue desde su infancia Draculea, o
lo que es lo mismo, 'hijo del Diablo', sobrenombre al que se añadió
con el tiempo el no menos terrible de Tepes, 'el Empalador', por ser
este el castigo que aplicaba contra sus enemigos.
Los
escasos datos biográficos que ha transmitido la historia acerca de
este personaje no son demasiado esclarecedores. Todo parece indicar
que nació cerca de la ciudad transilvana de Sighisoara, donde vivía
su padre por aquel entonces, en fecha que se desconoce, y casi seguro
tuvo que ayudar desde muy joven a defender el trono de Valaquia, por
el cual luchaban húngaros y rumanos desde hacía mucho tiempo; de
hecho, la mayor de sus preocupaciones durante su vida fue conservar
el principado, para lo cual tuvo que aliarse con sus enemigos
declarados, los turcos. Sus deseos de recuperar su trono, que le
había sido arrebatado por el príncipe húngaro Vladislav II, le
hicieron alejarse poco a poco de los turcos y, hacia 1456, estrechar
relaciones con el príncipe Iancu de Hunedoara, quien años antes
había hecho ejecutar al padre de Vlad, y que a la sazón luchaba con
el príncipe Vladislav por la posesión de las ciudades que éste
tenía en Transilvania.
Tepes
no desaprovechó la oportunidad que se le presentaba de recuperar de
nuevo el control de sus dominios y, viendo que el rey de Bohemia,
Ladislao V de Habsburgo, veía peligrar sus intereses en la zona en
conflicto, solicitó de éste un ejército con el que entrar en
combate y, pocos meses más tarde, volvía a reinar en Valaquia. En
1457, los príncipes húngaros y alemanes, temerosos del fuerte
impulso independentista que el valaco estaba imprimiendo a su
reinado, se aliaron entre sí y emprendieron una campaña popular
contra él, que terminó cuando Vlad hizo empalar a los cabecillas
rebeldes, a los que previamente había hecho cavar sus tumbas. Así
pues, el que para unos era un héroe nacional, ardiente defensor de
la independencia de su país, para otros fue un sádico, que
torturaba a sus víctimas innecesariamente, tan sólo por su propio
placer.
Una
vez establecido en su trono, el siguiente problema que Tepes tenía
que encarar era la cuestión turca, que en los últimos tiempos se
había visto agravada ante la negativa del valaco a pagar tributos.
Cuando el sultán Muhammad II le citó cerca de Bucarest con una
excusa banal, Vlad fingió caer en la trampa, e incluso acudió con
generosos regalos para el de la media luna, quien, confiado en su
astucia, no se dio cuenta que los encargados de transportar los ricos
presentes eran soldados del séquito del príncipe, que apresaron a
los otomanos y volvieron con ellos a Tirgovisthe, la capital valaca,
donde una vez más se ejecutó con ellos el castigo que había hecho
famoso a Draculea, el empalamiento.
Animado
por el triunfo, el voivoda continuó avanzando hacia Estambul sobre
la orilla derecha del Danubio, diezmando las tropas turcas (sus
víctimas se contaron en número de veinticuatro mil, entre soldados
y civiles, como cuenta él mismo en una carta dirigida al soberano
Matías Corvino); la oportunidad de poner fin al poderío turco era,
pues, de oro, algo que no supieron ver los príncipes cristianos, que
no prestaron al valaco ninguna ayuda. Así las cosas, el sultán
Muhammad II reunió el mayor ejército jamás visto (un cronista de
la época da la cifra, sin duda exagerada, de doscientos cincuenta
mil hombres) y aprestó a los hombres a la lucha, que estaría
reforzada por una flota en el Danubio. Contra todo este aparato
bélico, Vlad sólo podía oponer su pequeño ejército de diez mil
hombres y recurrir a estrategias como la guerra de guerrillas y la
tierra quemada que, sin embargo, le valieron el triunfo sobre el
Sultán. Éste se vio obligado a ordenar la retirada y presentar la
rendición, pero mediante una serie de intrigas políticas consiguió
que el propio rey Matías ordenase encarcelar a Tepes. Durante los
doce años que duró su cautiverio, desde 1462 a 1475, fue su hermano
Randu quien ocupó el trono de Valaquia, que puso prácticamente en
manos turcas.
La
historia no aclara debidamente en que momento Vlad consiguió salir
de la prisión, pero se tiene constancia de que tomó parte en la
batalla de Vaslui, en la región de Moldavia, el 10 de enero de 1475,
a las órdenes de Esteban Báthory, y también de que al año
siguiente el príncipe volvía de nuevo a tomar posesión de su
trono. Pocas semanas más tarde fue sorprendido sin su escolta por
los turcos, asesinado a traición y su cabeza fue exhibida en
Estambul.
Tipología Del Vampiro
El
vampiro babilónico, conocido bajo el nombre de ekimmu, era el
espectro de un difunto que, al no encontrar reposo en la vida
ultraterrena, intentaba en ésta adueñarse de las almas de los
vivos. Además, existían variantes de estos demonios-vampiros, según
el lugar en el que vivían; por ejemplo, los utuhhu vagaban por el
desierto, camuflados entre las dunas de arena para atacar a los
hombres; mientras que los maskinvolaban por los cielos gracias a sus
grandes alas, provocaban los eclipses e incendiaban las colas de los
cometas.
El
vampiro egipcio era, como la mayoría de las divinidades del panteón,
un híbrido entre animal y humano. Aparece la figura de Apoop o
Uapuait, con cabeza de lobo, de perro o de chacal, provista de
afilados colmillos con los que devora cadáveres humanos. Este tipo
de deidades pasaron más tarde a integrar la lycópolis griega.
Entre
los vampiros de la antigua Roma, aparte de las hermosas
mujeres-vampiro, las striges, se encuentran los lémures, espíritus
de los antepasados difuntos, susceptibles de convertirse en vampiros
y llevar a cabo su actividad maléfica si no se les apaciguaba con
complicados rituales destinados a impedir que volvieran a la tierra.
Estos ritos (denominados en principio Remuria y, más tarde, por
corrupción de la primera letra, Lemuria) fueron instituidos por
Rómulo para expiar la muerte de su hermano Remo, y los llevaba a
cabo el cabeza de familia.
El
vampiro hindú, llamado rakshasa, es de naturaleza semidivina y hace
gala de las más reprensibles pasiones (lujuria, glotonería y
violencia). Su natural maléfico les impulsa a devorar los cadáveres
humanos, con los que practicaban rituales caníbales; sin embargo,
entre ellos se muestran lealtad y un cierto afecto filial. De aspecto
repulsivo, pueden tomar cualquier forma que deseen a voluntad y son
grandes aficionados a la magia. La ciudad donde habitan se encuentra
en la isla de Ceilán (la actual Sri Lanka) y es extraordinariamente
bella, pues está construida por Vivakarma, el arquitecto de los
dioses; sobre ésta ejerce su poder el rey Râma.
El
vampiro islámico, a pesar de su nombre, gulo, que remite a la
palabra eslava ogoljen, presenta notables diferencias con los
vampiros de la tradición cristiana. Era un ser demoníaco que se
movía entre el cielo y la tierra, sin miedo a la luz solar, y que
adoptaba un comportamiento bastante normal, a fin de pasar
inadvertido. Solían habitar en los cementerios, practicaban la
necrofagia y se les combatía con fuego. No chupaban la sangre a sus
víctimas, posiblemente debido a que el los países árabes, por
razones climatológicas, se tiene de por sí la costumbre de extraer
la sangre de los animales comestibles, para conservar su carne en
buen estado el mayor tiempo posible.
El
vampiro rumano, llamado strigoi (derivado de striga, 'gritar', porque
sus estridentes chillidos se oyen preferentemente durante la noche,
cuando luchan entre sí), puede ser de dos tipos: por nacimiento o
por haberse convertido en tal una vez muerto. El primer tipo posee
dos corazones y una cola peluda que crece con el calor, apéndice que
les confiere su fuerza. Los strigoi muertos, mucho más malignos, son
sorprendentemente hábiles a la hora de metamorfosearse en insectos y
otros animales nocturnos. Es significativo observar que si bien
tienen forma humana, presentan gran cantidad de atributos animales en
su físico, tales como patas de cabra, pezuñas o grandes orejas,
características que se repiten con frecuencia en la iconografía
infernal formando un conjunto muy homogéneo.
El
vampiro eslavo-griego, que recibe el nombre de vlkodlak o vurdalak,
reúne todas las características de varios seres fantásticos de la
región montañosa de la Arcadia, en el Peloponeso, y es posible que
se derive del culto a Zeus licio ("Zeus lobo"), cuyos
sacerdotes se reunían una vez al año para comer una mezcla de carne
humana y animal especialmente preparada para la ocasión; de hecho,
el vurdalak nace de la mordedura de un licántropo, la cual, como la
del vampiro, causa la mutación en el atacado después de la muerte.
Del vampiro rumano hereda ciertas características cósmicas que le
permiten ascender al cielo y devorar la luna, causando los eclipses,
mientras que del vampiro griego conserva la piel tirante del cuerpo,
con su aspecto congestionado y el color rojo sangre.
El
radio de acción del vurdalak es siempre el mismo y siempre en ciclos
de siete años, pasados los cuales debe cambiar de zona para comenzar
un nuevo ciclo. Aunque sus hábitos son idénticos a los de todos los
vampiros, uno de ellos los hace especialmente temibles: prefieren
chupar la sangre de sus parientes más allegados y de sus amigos más
íntimos. Para neutralizarlo se recomienda introducir en su ombligo
un ramo de espino albar y, tras cubrir con rastrojos las partes
peludas del cuerpo, prenderle fuego con una vela utilizada para velar
a un muerto.
El
vampiro gitano, denominado mulo, 'el que está muerto', aúna
tradiciones antiquísimas de los países del este de Europa. La
transformación en mulo sólo puede realizarla un muerto de la etnia
gitana, nunca un payo, y su acción es de tipo sexual más que
sanguinaria, lo cual supone un mal de menor categoría.
El
vampiro chino presenta características muy similares a las hasta
ahora citadas: recibe su fuerza de la Luna, adquiere su forma humana
a expensas de un cadáver y realiza bellas acrobacias aéreas durante
la noche. Con sus brillantes ojos que lucen en la oscuridad, largas
uñas y un exuberante pelo blanco o verde cubriendo su cuerpo,
presenta las mismas características satánicas que sus colegas
europeos.
El
vampiro americano fue de amplia difusión en ambos lados del
continente, dada la importancia que tuvo la sangre en los rituales
religiosos; desde el Pacífico hasta las Montañas Rocosas los
propios indios desarrollaron actividades de tipo vampírico, como la
antropofagia con los enemigos muertos y vivos o comer ciertas
vísceras de los guerreros, lo que otorgaba al que las ingería las
cualidades que representaban -el corazón, el valor o el coraje, o el
cerebro, la inteligencia. En lo que respecta a su morfología, los
americanos eran similares a los vampiros ya vistos, excepción hecha
del mejicano, que se distinguía claramente por llevar el cráneo
rapado, o del vampiro brasileño, que podía ser serpentiforme.
La
figura femenina, la vampira, tuvo bastante importancia en América.
Ya en época de la conquista española se citan ciertas brujas,
llamadas civateteo, que succionaban la sangre de sus víctimas,
preferentemente infantiles, hasta que morían por consunción. Otra
modalidad de vampiro femenino fueron las iraguru, ancianas que
habitaban en la isla de Granada (perteneciente a las Antillas, en el
Caribe), a las que un pacto con el demonio dotaba de su enorme fuerza
destructora, gracias a la cual obtenían la mayor cantidad posible de
sangre humana de los lactantes. La misma superstición del vampiro
femenino (lilith) aparece, curiosamente, entre un pueblo marcadamente
monoteísta como el hebreo.
La
imagen de la bruja asesina y devoradora de niños tuvo amplia
difusión en las civilizaciones europeas, especialmente desde que en
la Edad Media se proyectó en su figura el temor a la muerte y se
convirtió a la mujer en portadora de la monstruosidad del género
humano. En su versión moderna y humorística, el término vampiresa
(o más familiarmente, vamp o vampi) se asoció a la femme fatale,
una fémina atractiva y codiciosa, que utiliza en su provecho a los
hombres que caen en sus redes.
La
última mención es para el vampiro español, país en el que la idea
del cadáver viviente es extremadamente antigua, como reseña el
antropólogo Caro Baroja a raíz de sus estudios con pinturas
rupestres. Muestra cómo en una sociedad eminentemente agrícola, en
la que el culto y la religión estaban relacionados con la
Naturaleza, tampoco es posible esquivar este tema, visible en
representaciones pictóricas de seres de aspecto animal (perros o
lobos con feroces colmillos, al lado de otros seres alados).
Los Geoglifos Olvidados
Al
norte de Chile, entre Arica y Tocopilla, diseminados por el desierto
de Atacama, se contabilizan decenas de figuras y dibujos que, al
igual que en Nazca y Paracas, parecen concebidos y realizados para
ser observados desde el aire o desde la distancia.
Allí,
en mitad de la desolación del desierto, aparecen líneas y pistas
como las de Nazca, figuras de hombres, gigantescos sapos, rebaños de
camélidos, enigmáticos círculos, espirales, flechas y un sin fin
de símbolos de difícil interpretación.
Muchos
de estos geoglifos, a diferencia de los nazqueños, no ofrecen duda
alguna sobre la técnica de su realización. Basta aproximarse a
ellos para observar que han sido ejecutados mediante la acumulación
de piedras de origen volcánico que oscilan entre los diez y
cincuenta centímetros de longitud. De esta forma, el material lítico
gris oscuro, distribuido a manera de mosaico, se destaca sobre el
resto del terreno, multiplicando el efecto visual. Pero aunque en
este caso se sepa el método de realización lo que sigue siendo una
incógnita es el porqué o para qué de su existencia.
¿Se
trataba de señalizaciones? ¿Algo así como los modernos indicadores
de nuestras carreteras?. Eso podría encajar con determinados
geoglifos ubicados al filo de los antiguos caminos y cañadas. Pero,
¿cómo ajustar esa tesis a las figuras que reposan lejos de las
rutas caravaneras?. Por otra parte, las enormes proporciones de
muchos de ellos parecen reñidas con una intencionalidad meramente
orientativa, ya que sólo son perceptibles desde el aire.
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