Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



jueves, 15 de abril de 2010

Epona, La Diosa Celta De Los Caballos


En una antigua colina, a sólo tres kilómetros al sur de la ciudad inglesa de Uffington, se halla el misterioso dibujo de un caballo, pintado con tiza blanca. Lo mejor es verlo desde las alturas, y se cree que representa a Epona, la diosa celta de los caballos.

El nombre de Epona proviene de la épica francesa, y precisamente significa caballo. Sabemos que era una diosa femenina, ya que los celtas solían representarla como una yegua divina. Reinaba sobre la fertilidad de la tierra, y más tarde se asoció con las carreras de caballos.

Algunos historiadores la asocian también con Lady Godiva, la mujer que protestó ante la realeza por los tremendos impuestos hacia los pobres, apareciendo desnuda con su caballo en la ciudad de Coventry, en Inglaterra.

Sin embargo, en Alemania, Epona fue honrada como una guía espiritual de los muertos. En Irlanda se asociaba con las pesadillas de las personas. Sin embargo, por regla general, Epona era venerada como una diosa protectora del saber.

El culto a Epona llegó incluso a Roma, cuando los romanos llegaron a la Galia. Los romanos trasladaron a esta diosa hasta Roma, e incluso le dedicaron un día, el 18 de diciembre, cuando celebraban unas fiestas en su honor. En Roma, Epona fue una diosa de la guerra. También se la asoció como protectora de los caballos, las vacas, los bueyes y los asnos.

Su vinculación con la guerra por el hecho de la importancia que tenía la caballería en aquella época en los campos de batalla. Por eso, la mayoría de las madres de los soldados acudían a ella para rezar por sus hijos antes de las campañas militares. Fue el momento de mayor importancia de la diosa.

Realmente, no se sabe mucho más de Epona. Hoy en día es símbolo de las amazonas modernas. Sin ir más lejos, hay muchas escuelas de equitación que llevan su nombre, incluso yeguas que han participado en importantes competiciones ecuestres. La literatura también ha entrado dentro de este mito y esta diosa, con muchas novelas de caballos con ese nombre.

La Leyenda de la Estatua Juez


Constantinopla estaba llena de maravillas, como, por ejemplo, las dos serpientes de latón que se entrelazaban en la plaza abovedada del Prodomo. De una de sus bocas manaba leche, y de la otra vino, sin que nadie pudiese averiguar nunca de donde provenían aquellos licores, lo cual nos hace sospechar que su creador, además de dominar la aleación de los metales, poseía avanzados conocimientos de artes mágicas.

En el centro de la misma plaza se erguía la inmóvil figura de latón de un hombre con su mano derecha extendida palma hacia arriba, obra probablemente del mismo artesano que fabrico las serpientes. A aquella estatua acudían los mercaderes cuando no se ponían de acuerdo sobre el precio de algún artículo. Entonces el comprador abría la bolsa que contenía sus monedas e iba depositando los ducados, uno a uno, sobre la mano de la estatua. Cuando la cantidad alcanzaba el valor real de la mercancía, la estatua cerraba su mano.

Un día, sucedió que un noble quiso vender uno de sus mejores caballos, para lo cual entabló negociaciones con un vecino de la ciudad. Como a pesar de regatear durante largas horas no llegaban a ningún acuerdo, decidieron acudir al Prodomo a consultar a la estatua.

El comprador comenzó a poner monedas en la mano de latón, tal y como era costumbre, de una en una. Pero, nada más depositar el primer ducado, la mano se cerró, provocando exclamaciones de sorpresa entre los presentes, pues estaba claro que aquel caballo valía al menos 300 ducados, y eso tirando por lo bajo.

El noble, sintiéndose ultrajado por el veredicto de la estatua, montó en cólera con ella. Desenvainó su espada y le asestó un mandoble tal que le cortó la mano de cuajo, inutilizándola para siempre. Sin embargo, era hombre de honor y había prometido acatar lo que dictaminase la figura de latón, así que, una vez calmado, recogió la moneda y se marchó de allí, dejando el caballo al comprador.

El vecino regresó feliz a casa con su nuevo caballo, pero nada más cruzar la puerta de entrada el animal cayó muerto. De toda su compra, los únicos bienes que le quedaron fueron un pellejo de caballo y cuatro herraduras, objetos cuyo valor de venta ascendía exactamente a un ducado.
Esta leyenda se la contaron en Constantinopla al hidalgo cordobés Pero Tafur en el año del Señor de 1437.

lunes, 5 de abril de 2010

El Palacio de Lercaro, Lugar Encantado


La Casa Lercaro, también conocida como el Museo de Historia de Tenerife (Islas Canarias), alberga en su interior múltiples misterios que se escapan a la razón humana. Misterios que tienen su origen en las pasiones humanas.

Catalina, primogénita de la familia de comerciantes Lercaro de Génova, se negó a subyugar su existencia a las exigencias de sus padres, que la entregaron en matrimonio a un traficante de esclavos. La joven, atormentada, no conseguía asimilar las obligaciones de una mujer de su época (siglo XVI), y, se convenció a sí misma, de que no merecía el infierno que le esperaba en un matrimonio de conveniencia.

El mismo día de los esponsales, Catalina, enloquecida, huyó del altar para lanzarse por el antiguo pozo del palacio. Su familia, destrozada, tuvo que lidiar, no sólo con el suicidio de la joven, sino con la vergüenza de que su cuerpo no podía ser enterrado en Campo Santo. Decidieron darle sepultura en el palacio, pero acabarían huyendo por las terroríficas apariciones que empezaron a sucederse en el lugar -se trasladaron a la Orotava-.

El espectro de Catalina vaga sin rumbo en el Palacio Lercaro. Todos los que se cruzan con ella, comentan que su rostro exhibe desesperación y desasosiego. A pesar del peso de los siglos, su presencia no desaparece.

El que fuera un flamante castillo del siglo XVI acabó siendo un lugar en ruinas y abandonado. A principios de los años noventa, en pleno siglo XX, el Cabildo de Tenerife decidió convertirlo en lo que es hoy: un museo de historia. No obstante, durante las obras de restauración, los obreros y vigilantes comentaron que un extraño ser vagaba por el palacio. Les aterrorizaba la idea de pasar allí la noche.

Una serie de rumores empezaron a extenderse por el municipio. Decían que un vigilante de seguridad y una limpiadora habían visto a Catalina en el palacio. Otros cuentan que en el ambiente se perciben una extrañas presencias, ruidos, sombras y desconocidos olores. La situación era tan insostenible, que se abrió una investigación para determinar la veracidad de la Leyenda de Catalina.

Se desconoce si realmente existió alguna vez una joven que se suicidó en el pozo del palacio huyendo de su destino. No es seguro que los ruidos y apariciones espectrales sean reales o no, o si todo nace de la superstición popular. Lo único que sí es real es la atmósfera de misterio que habita en el museo, sea o no, la eterna morada de Catalina de Lercaro.

La Sala de Ambar, un Misterio Imperial


Cuando Catalina entró en la Sala de Ámbar quedó maravillada ante semejante belleza. Desde que la viera por primera vez en San Petersburgo había quedado prendada de ella y había deseado trasladarla completamente a su palacio en Tsarskoye Selo. Setenta y seis soldados había necesitado para trasladarla a cuestas, panel a panel, durante seis días. Y aún así, no habían sido suficientes como para cubrir toda la sala, por lo que los huecos en las paredes los habían rellenado con otros mosaicos y con espejo. Además, los bajos de la Sala los habían tenido que pintar en el mismo color miel. Pero ahora, al fin, aquélla era su maravilla. La que todos considerarían desde entonces como la “Octava Maravilla del Mundo“.

Allí, frente a esa Sala, pude revivir su misteriosa historia, la que la llevó a ser trasladada por primera vez desde Charlottenburg en Berlín, hasta San Petersburgo, a la residencia imperial del zar Pedro el Grande, en el año 1717, como regalo del emperador alemán Federico Guillermo I de Prusia.

En San Petersburgo fue instalada la Sala de Ámbar en el Palacio de Invierno, pero años después fue la Emperatriz Elisabeth quien la mandó llevar hasta el Palacio de Catalina en Tsarskoye Selo en el año 1755. Fue dos años después cuando la zarina Catalina mandó instalar cuatro mosaicos traidos especialmente de Florencia para completar el trabajo, y encargó la obra al maestro Rastrelli. Allí se acopló, entre otros muebles, una cómoda que había sido realizada por unos ebanistas de Berlín en el año 1711.

Curiosamente, casi 250 años después de que se instalara aquella Sala de Ámbar en el Palacio de Catalina, lo único que se conserva es esa cómoda, que apareció en 1997 en un almacén, abandonada, del Museo de Artes Aplicadas de Berlín, y uno de los mosaicos florentinos, el llamado de “los sentidos del tacto y el olfato“, que un tal Achtermann intentó vender en ese mismo año por cinco millones de marcos, tras haberla encontrado en el desván de su casa.

Pero, ¿cómo desapareció? ¿qué ocurrió con aquella maravilla imperial de ámbar y qué se ha hecho de ella?…

… lo cierto es que durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes, ávidos de recopilar obras de arte por todo el mundo, saquearon el Palacio de Catalina cuando llegaron hasta la ciudad rusa. Y una de las habitaciones desmanteladas totalmente fue, precisamente, el famoso Salón de Ámbar. Corría el año 1941 cuando los soldados de la Werhmacht se llevaron todos aquellos paneles dorados hasta el castillo de Königsberg. Sin embargo, no sería ese su último traslado, pues cuatro años después, a punto de caer ya el régimen nazi, el Salón de Ámbar fue nuevamente trasladado a un sitio desconocido.

Fue la última pista que se tuvo de aquella maravilla coral. Desde ese preciso momento, comenzaron a surgir las leyendas que han dado vida a este misterio; se han contado todo tipo de historias, pero quizás la más fundada fuera la de que aquellos paneles acabaron en una mina perdida cercana al Báltico, donde quizás se quemaron. Las teorías se fueron haciendo cada vez más fuertes, y no hace mucho, Peter Haustein, un enamorado de la Arqueología, además de Diputado alemán y al mismo tiempo estudioso y buscador durante diez años de la Sala de Ámbar, encontró y descifró unos documentos de un oficial de la antigua Luftwaffe alemana, ya fallecido.

Según estos documentos, bajo una mina abandonada cerca de la frontera con la República Checa, en Deutschneudorf, habría escondido un gran tesoro de obras y joyas valiosas, expoliados por los nazis durante los años de la Guerra, y entre ellos, podría estar el famoso Salón de Ambar. Sin embargo, y como la historia no podía acabar siendo desvelada tan fácilmente, comenzó a extenderse el rumor de que aquel pasadizo minero podría estar cargado de bombas y trampas… y así, en febrero pasado comenzaron las excavaciones para sacar a la luz aquel famoso tesoro oculto…

Mientras tanto, como buenos turistas, de lo más que podemos disfrutar ahora mismo, aparte de aquella cómoda y aquel mosaico recuperado (que por cierto había sido robado por el padre del chico que intentó venderlo cuando era soldado nazi), es de una reconstrucción idéntica a la original, hecha con el mismo material y emplazada en el mismo lugar que estaba la famosa Sala de Ámbar. Seis toneladas de ámbar y veinticuatro años de trabajo fueron necesarios para inaugurar en mayo de 2003 esta fantástica maravilla.

Ahora que aquel misterio se ha hecho un poco más famoso gracias al libro de Matilde Asensi, “El Salón de Ambar”, quien sabe si nos encontraremos a poco tiempo de volver a encontrar una de las grandes maravillas artísticas del mundo.

domingo, 4 de abril de 2010

El Misterio del Palacio de Justicia de Las Palmas


Dicen que el Palacio de Justicia de Las Palmas, en Gran Canaria, es un lugar encantado. Encantado porque en la torre situada en su ala lateral, adyacente a la Iglesia de San Agustín, suceden extraños hechos: fúnebres manifestaciones que hielan la sangre. A pesar de que el inmueble es de reciente construcción, y ha experimentado numerosas reformas, sus cimientos reposan sobre un convento agustino.

Cánticos de origen desconocido, muebles que se desplazan solos, ruidos, encendido y apagado de luces… Éstos y otros, son algunos de los terroríficos sucesos que tienen aterrorizados a los trabajadores del palacio. También algunos visitantes que han sido testigos de tales hechos, y afirman el pavor que sintieron al pasear por las frías y lúgubres estancias. Muchos se atreven a comentar que los fantasmas se han apoderado de la torre y que no piensan marcharse de allí, ya que ésta es su casa.

Añadido a esto, los vigilantes presienten una presencia vigilante, que los observa en sus turnos de trabajo; risas, pasos… Incluso sombras sin una forma determinada. Durante veinte años, los rumores se extendieron en Vegueta, sacudiendo incluso a la opinión pública, pero sin abrirse una investigación para determinar qué estaba ocurriendo realmente en el Palacio de Justicia. No obstante, muchos testigos, trabajadores en su mayoría, han intentado quitarle hierro al asunto al afirmar que podría deberse a los típicos sonidos del crujir de la madera. Nada más lejos de la realidad, ya que en el recinto no hay ninguna estructura hecha de este material.

El miedo o la vergüenza, impide a los vigilantes expresar sus temores. Algunos se contradicen, otros prefieren callar… Bien es cierto que en el antiguo convento fallecieron agustinos, cuyas almas en pena vagan por las frías paredes de la torre. ¿Puede ser ésta la explicación a tales manifestaciones paranormales? ¿O todo es fruto de la rumorología?…

Algunos expertos en fenómenos paranormales se muestran cautos con la información, a pesar de ser un número ingente de testigos de voces, ruidos, risas y cánticos, entre otros. Quizás el hecho de que sea un edificio gubernamental impida que se tome en serio esta situación, atípica donde las haya.

Las Islas Canarias se caracterizan por albergar muchos misterios de índole paranormal; esto ha generado una expectación por parte de los expertos en fenómenos paranormales de todo el mundo. Quizás en esto han influido la cultura milenaria de los guanches, el enclave privilegiado del archipiélago y el carácter de sus gentes.

sábado, 3 de abril de 2010

La Perla del Dragón, Leyenda China


Habitaba en la isla de Borneo, en la montaña más alta de la isla Kinabalu, un pacífico dragón que custodiaba celosamente una preciosa perla. Todos los días jugaba con ella; la lanzaba al aire y la recogía con la boca. Se sentía dichoso con su exquisita perla y no pedía nada más a sus días. Muchos habían intentado en vano arrebatarle su tesoro, ya que el dragón no estaba dispuesto a perder su única posesión.

No obstante, el emperador de China estaba dispuesto a retar al pacífico dragón y solicitó a su primogénito, el príncipe heredero, que consiguiera la perla para el tesoro imperial. Tras varios días de travesía, el príncipe divisó la montaña y, en su cima, al juguetón dragón. Ideó un plan para arrebatarle la perla sin correr peligro. Ordenó a sus hombres que construyeran una cometa capaz de soportar el peso de un hombre y una linterna de papel.

Tras siete días de arduo trabajo, los hombres del príncipe acabaron la cometa, la más hermosa jamás vista. Al caer la noche, montó en la cometa y voló a lo alto de la montaña. Se adentró sigilosamente en la cueva. El dragón dormía profundamente, portando en sus patas la preciada perla. Con sumo cuidado, le arrebató la joya y en su lugar dejó la linterna de papel. Hizo una señal a sus hombres para que recogieran la cuerda de la cometa. Aterrizó, sano y salvo, en la cubierta del barco.

Rápidamente, mandó izar las anclas y el barco zarpó a la mar, aprovechando una suave brisa. Cuando el dragón despertó, descubrió que le habían arrebatado la perla, dejándole una linterna de papel. Estalló en cólera. Comenzó a echar fuego y humo por la boca y se lanzó montaña abajo para atrapar a los ladrones. Rastreó todos los rincones de la isla, hasta que divisó en alta mar un junco chino. Se precipitó hacia el navío y gritó con todas sus fuerzas: “¡devolvedme mi perla!” Los marineros estaban aterrorizados.
El príncipe, en un intento desesperado por zafarse del dragón, mandó cargar el cañón más grande y disparó contra su furioso perseguidor. El dragón vio como entre la nube de pólvora salía una bola y pensó que era su perla. Abrió la boca para recoger su joya… Y se hundió en las profundidades del mar. El príncipe y sus hombres regresaron triunfantes, y la perla se convirtió en la joya más preciada del Reino de China.

viernes, 2 de abril de 2010

El Misterio del Pozo del Tesoro en la Isla Oak


Isla de Oak, en Nueva Escocia, Canadá… Corría el año 1795 cuando un muchacho de unos 16 años llamado Daniel McGinnis, que se hallaba en medio de sus vacaciones estivales, llegó remando hasta la solitaria Isla de Oak para pasear por ella. Y eso hizo, pero mientras guiaba sus pasos entre los robles que dan nombre a la isla observó bajo una rama cortada, de la que colgaba una vieja polea, que la tierra había sido removida y, con su joven imaginación exultante llena de historias de tesoros ocultos, dejó la isla para ir a buscar la ayuda de sus amigos en la búsqueda de respuestas.

Y así lo hicieron. Los tres amigos llegaron y excavaron… y pronto pudieron confirmar que efectivamente allí había excavado alguien con anterioridad y, además, había intentado que nadie más pudiera hacerlo. A poco más de medio metro de profundidad encontraron piedras que habían sido puestas allí como tapadera, y tanto a los 3 metros como a los 6 placas fabricadas con madera de roble. Pero llegó el momento en que comprendieron que ya no podían continuar, así que optaron por dejar marcado el lugar y se marcharon.

Y desde entonces son muchos los que han intentado encontrar el supuesto tesoro, o por lo menos descubrir cual es el misterio que se oculta bajo tantos metros de tierra, piedra y madera. Nada se sabe aún al respecto. Sigue asombrando al mundo cómo alguien hace más de 200 años pudo construir un pozo que ha sido capaz de resistir todo tipo de excavaciones e investigaciones sin llegar a desvelar el misterio que esconde.

Expediciones posteriores, como la que llevó consigo Simeon Lynds, descubrieron más tablas de madera cada 3 metros y planchas de fibra de coco. Pero la gran sorpresa se produjo cuando alcanzaron entre los 27 y los 30 metros de profundidad, donde una losa fabricada en pórfido, material que utilizaban desde tiempos inmemoriales civilizaciones como la egipcia o la romana. Esta losa, en cuya superficie podían verse caracteres extraños, les paró el paso. Según cuentan, (esta tabla se perdió hace ya mucho tiempo), lo que ponía podía traducirse como: “40 pies más abajo hay enterrados 2 millones de libras“.

Pero ocurrió que por debajo de esta losa el agua comenzó a fluir y, aunque intentaron achicarla, nada pudieron hacer teniendo que abandonar finalmente la excavación.

Años más tarde, en 1.849, los dos muchachos que ayudaron a Daniel McGinnis, colaboraron con la Sociedad Truro para resolver al fin el misterio de esta Isla. El encargado de dirigir toda la operación se llamaba Joham B. McCully y fue él quien descubrió el porqué el agua subía sin control por el pozo y cómo dirigirla hacia otro lado. Ahora bien, poco le duró el invento, pues el dique se vino abajo con el continuo empuje de las mareas altas. Una vez más el guardián del tesoro parecía hacer de las suyas y cumplir bien con su cometido. Ahora bien, esta expedición sí que logró encontrar una posible cámara en la que estaría guardado el tesoro, lo que no llegaron a acceder a ella. En el año 1861 se volvió a intentar, pero tampoco esta vez una forma de evitar que el agua y el barro lo destrozara todo impidiendo el paso.
Diversas son las teorías que se han lanzado sobre el origen de este pozo. Se habla de los Caballeros Templarios, se comenta que si Sir Francis Drake o que si el Capitán Kidd, incluso se dice que pueden ser las joyas de la Corona Francesa que desaparecieron en 1791, pero lo cierto es que aún no ha podido ni confirmarse ninguna de ellas, ni encontrar el supuesto tesoro que esconde. Hoy en día es propiedad privada y sus actuales dueños siguen buscando el tesoro…

jueves, 1 de abril de 2010

Las Criaturas abisales del Tsunami


La ola gigante que devastó el sudeste Asiático trajo a la superficie multitud de especies marinas hasta ahora desconocidas por vivir a gran profundidad.

Como todo el mundo conoce, el tsunami en el Sureste asiático fue devastador, tanto por la pérdida de vidas humanas como para la economía de la región. Sin embargo, ahora que las tareas de limpieza se encuentran más avanzadas en esta región, criaturas marinas abisales que viven a demasiada profundidad como para ser estudiadas están siendo encontradas dispersadas por todas partes, entre los restos. Estas criaturas fueron transportadas hasta la costa con el gran golpe de la ola gigante.

¿No es asombroso descubrir vidas hasta ahora desconocidas? Es irónico como la tragedia terrible humana y la catástrofe pueden conducir a la extensión sin precedentes de conocimiento científico.

La teoría es que el tsunami creó bastantes corrientes verticales que barrieron a estas criaturas de vida profunda a la superficie rápidamente. Los gases en su sangre, unidos a las fuertes velocidades alcanzadas, les provocaron rápidamente la muerte.

La Leyenda Del Atrapasueños


“Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son“, decía Segismundo en la obra “La vida es sueño“. Y qué acertadas son sus palabras. Tejemos nuestra existencia en torno a estas ilusiones llamadas sueños, que pueden endulzar o dejar un sabor amargo. Son emociones inherentes al ser humano, que lo ha acompañan hasta el ocaso de sus días.

Y la tradición oral, aquélla que nos transmite la sabiduría milenaria, nos cuenta que los humanos siempre nos hemos mostrado recelosos a la hora de compartir sueños. Mucho mas que nos los roben. De esta inquietud nace la siguiente leyenda: el Atrapasueños.

Cuando el mundo empezaba a dar sus primeros pasos, un líder espiritual, un Lakota para ser más exactos, tuvo una visión. En ella se le apareció un dios de la sabiduría, en forma de araña, ya que gustaba de gastar bromas. Éste le contó que existía un lenguaje que sólo podían comprender los miembros más virtuosos de la tribu; un lenguaje secreto, que utilizaría para charlar con él, ya que así podría entender el mensaje que venía a darle.

Durante la visión, Lakota escuchó atentamente a este dios en forma de araña, que respondía al nombre Iktomi. Éste, mientras hablaba, tejía una tela la araña. Habló del círculo de la vida, describiendo todas las etapas: el nacimiento, la infancia, la juventud, la madurez y la vejez. Respecto a la vejez, puntualizó que debemos tener más cuidados, ya que volvemos a estar igual de indefensos que en la niñez.

Igualmente, Iktomi señaló que en cada una de estas etapas, tanto las energías del bien como la del mal se nos presentan, y que somos nosotros quienes decidimos a quien escuchar. Que las fuerzas de la naturaleza desean convivir con nosotros en armonía y que está en nuestras manos lograrlo. Llegado a este punto del monólogo, la telaraña estaba casi completa. La había tejido con esmero. Pero en el centro había un hueco. El dios habló:

Toma este telaraña. Como ves, está incompleta. Úsala para alcanzar los sueños y las metas de tu pueblo. Usa bien las ideas e ilusiones que tengan los demás. Éstas quedarán atrapadas en estos hilos, mientras que lo malo, los temores y negatividad, los absorberá este agujero.
Y así hizo Lakota. Enseñó a su pueblo, los Sioux, que la telaraña es en realidad un atrapasueños, convirtiéndose en el símbolo de vida. En la red de la vida.

Surya, El Dios del Sol en la India


Hoy nos vamos hasta la mitología hindú para conocer a Surya, a quien también veréis por el nombre de Suryadev. Para los hindúes, Surya significa Sol, y Deva es Dios. Es costumbre entre los hindúes el hecho de mirar el sol antes de empezar cualquier tarea rutinaria, de ahí la importancia de este dios. Surya es el ojo del mundo para los hindúes, razón por la cual llueve o no en el mundo.

Cuenta la leyenda hindú que Surya vivía enamorado con su esposa Sanjna. Sin embargo, era tan cegadora la luz que emitía Surya, y tan caliente su cuerpo, que Sanjna no pudo por menos que renunciar a él, y poner en su lugar a su sierva Chhaya. Tan cegadora era la luz que emitía Surya, que ni siquiera se dio cuenta del cambio, engendrando hasta tres hijos con la sierva.

Sin embargo, un día, enfurecida Chhaya, maldijo a Yama, una de las hijas de Surya, quien cayó al suelo muerta. Fue el momento en el que Surya se dio cuenta que aquella no era su esposa, ya que, según la tradición hindú, la maldición de una madre no puede causar ningún daño a sus hijos. Surya le suplicó a Chhaya el paradero de Sanjna, pero esta se había convertido en yegua para despistar a todos.

Al enterarse Surya, se encarnó en un caballo, para poder llevar de regreso a su mujer consigo. Es por esto por lo que, Surya es un dios misericordioso, que lo que trae es la suerte a los hindúes.

Todos sus devotos en la India le dirigen siempre una oración por la mañana temprano, como parte del ritual de cada día. Surya ofrece energía para todos los seres vivos y los libera de las enfermedades. Siempre que se quiera apaciguar el enfado de cualquier dios hindú, los fieles rezan los mantras. El Himno de Gayatri es el mantra que se asocia con Surya.

Entre los Vedas se le representa completamente de oro, y se le reza cada vez que alguien tiene alguna enfermedad de la piel, como lepra, además de pedirse cada vez que alguien se queda ciego, o incluso para las mujeres que no pueden dar a luz.
En otros lugares de la India, a Surya se le representa como un hombre de color rojo, con tres ojos y cuatro brazos, montado en una carroza tirada por siete yeguas. Con una de sus manos atrae para sí a sus creyentes, y con las otras dos sostiene dos lirios de agua. Seguramente, en muchas tiendas de la India veréis colocado el símbolo del sol, ya que cree que trae buena suerte.